viernes, 8 de septiembre de 2017

NORESTE ISLANDES

17 ABRIL: EL NORESTE ISLANDES: DESDE HOFN AL FIORDO SEYDISFJORDUR-305km

8h en pie. Amanecemos en Hofn.

Por delante tenemos de inicio 105km hasta Djupivogur, desde donde comienzan LOS FIORDOS DEL NORESTE. 

Esta esquina noreste islandesa parecen los dedos de una mano, sucediéndose un fiordo tras otro.

Partimos de Hofn. Paisaje idílico. Silencio. Escaso trafico. Granjas diseminadas. Bandadas de patos. ¡Renos! Un largo y curvado túnel. Algún tramo delicado, sobre todo uno con muchos cambios de rasante ciegos.
Vamos realizando diversas paradas muy fotogénicas







A 11h llegamos a DJUPIVOGUR: pequeña localidad pesquera. 


Con su recogido puerto, varias casas históricas, su iglesia de madera y en su litoral un par de curiosidades:

-Los 34 HUEVOS GIGANTES, de granito, dispuestos en hilera. Datan del 2009, obra de un afamado artista islandés. Cada uno representan las 34 especies de aves islandesas.

los 34 huevos


-En el camino hacia esos huevos otra parada aún mejor: “BONES , STICK & STONES”: la casa de un bohemio artista: pudiendo pasear libremente por su jardín donde ha colocado centenares de esculturas hechas con piedras, objetos arrojados por el mar, barbas de ballena… 





Fuimos al super (4685Isk), echamos gasolina (3000Isk), y la carretera siguió paralela al primero de esos FIORDOS DEL NORESTE: EL BERUFJORDUR, largo y profundo.


LOS FIORDOS DEL ESTE:
Esta esquina noreste islandesa está caracterizada por los fiordos, uno tras otro.

De sur a Norte:
-el fiordo de Berufjordur. La carretera 1 lo bordea por entero y luego discurre hacia el interior hasta Egilstadir. Pero se puede continuar costeando y pasando al siguiente entrante:
-Stodvarfordur (en su aldea de mismo nombre destaca su museo minerales)
-y luego al Reydarfjordur.
-Pasar al siguiente, Nordfjordur, se las trae: una carretera que se ha de hacer ida y vuelta, por un puerto de montaña, túnel de 630m, descenso vertiginoso.
-A Mjoifjordur se llega por la 953 de grava. Es el llamado “fiordo estrecho”, con acantilados y cascadas
-Paralelo a él se encuentra el que escogimos nosotros, ¡y no me lo perdería!: SEYDISFJORDUR, por la asfaltada 93. En su final un idilico pueblecito con casas de colores, galerías… Precioso.

El acceso a esos fiordos a primera vista sobre el mapa parece que ha de ser por una carretera sencilla, plana, ¡y no es así! ¡Con todos hay que sortear unos puertos de montaña más o menos duros! En el caso de Seydisfjordur lo encontramos totalmente cubierto de nieve. 

-Y ya mas al norte queda BORGARFJORDUR, en otro paraje de cuento, con numerosas excursiones, pero ir suponía 70km y otros tantos de vuelta. 

Aquí dejo información de un blog sobre esos fiordos:
<…De todos los fiordos había que decidir cual visitar y a priori habíamos seleccionado 3: Nordfjördur, Mjoifjördur y Sedisfjördur.
Pasamos con el coche por el primero: Berufjördur (un fiordo literalmente in-ter-mi-na-ble pero rodeado de espectaculares montañas).
Luego pasamos por Stodvarfjördur e hicimos una parada en el museo de minerales de Steinasafn Petra, una curiosa acumulación, que no colección, de fósiles y minerales abierta al público.
La carretera tiene muchas curvas y partes sin asfaltar. Para llegar al otro lado de cada fiordo hay que dar un gran rodeo.
El siguiente es Reydarfjördur que es uno de los más grandes aunque no muy bonito. Aquí estábamos ya hartos de fiordos y era muy tarde así que desde su fondo tomamos la 92 hacia Egilsstadir olvidándonos de visitar Nordfjördur. 
Ya cerca de Egillstadir tomamos el desvio a Mjoifjördur, una pista de tierra que a lo largo de unos 7 km fue ascendiendo por un paisaje majestuoso de cascadas a ambos lados de la carretera. Desde lo alto del puerto se tenía una vista maravillosa del fiordo. 
La bajada, de otros 7-8 km es bastante abrupta con pendientes muy pronunciadas. A media bajada hay una cascada fantástica llamada Klifbrekufossar compuesta por 8 tramos de manera escalonada. Allí paramos a comer e hicimos un pequeño trekking hasta la cascada. 
Luego seguimos bajando hasta el fiordo en cuya orilla hay un buque oxidado y donde hicimos un pequeño paseo hasta otra cascada cercana. Decidimos no seguir avanzando y volvimos con el coche hasta la 92 y de ahí hasta Egilsstadir. 
Allí tomamos la 93 hasta Seydisfjördur…>

Pero nosotros aún estábamos en Djupivogur, nuestra meta ahora era el pueblo de EGILSTADIR, 145km

Fuimos recorriendo la costa del primer y largo fiordo: Berufjordur. Primero avanzamos por su orilla izqda, hasta su final, donde la carretera giró y siguió por la orilla opuesta. ¡Desde un lado y desde el otro! 
El mar helado, entre las montañas, varias piscifactorías en ese mar…

Berufjordur

Seguimos recorriendo ahora este fiordo desde la otra cara. Algunos tramos eran de grava. 
¡MALBIK CENDAR! ¡Esa es la señal que indica el paso de asfalto a grava! Si se hace a demasiada velocidad puede traer sus consecuencias. No digamos ya frenar.
Hasta la localidad pesquera de Breidalsvik. El paisaje cada vez era más frío, nevado.

EL PEOR PASO QUE TUVIMOS EN ISLANDIA:
Desde el pueblo se nos presentó una doble alternativa: 
1-seguir por la costa, sorteando los diversos fiordos, que se disponían al modo de los pliegues de un acordeón (trayecto largo y, además, complicado con esa nieve); 
2-Continuar por la 1 que desde aquí se dirigía hacia el interior, por el solitario valle de Breidalur.

valle Breidalur

Lo que no esperábamos es que ese paso fuera delicado. ¡De hecho lo peor que pasamos por Islandia!
Nos las prometíamos muy felices, con buen asfalto y rectas por ese valle, cuando nos topamos con un sinuoso puerto de montaña, pasó a ser de grava, nevado, ¡y se añadió una fuerte ventisca! 

Íbamos a 10-20km/h, bien pegados a la pared de la montaña pues al otro lado la caída era vertiginosa. 
Eso sí: ¡el paisaje era de fábula!



¡Por fin alcanzamos la cima! A la otra cara la carretera volvió a ser de asfalto, y salió el sol. Respiramos. Por allí vimos manadas de renos, entre la nieve.


La 1 enfiló hacia el norte. Pero unos 30km antes de llegar a Egilstadir nos desviamos hacia el oeste por la 931 que discurría a orillas del gran LAGO LAGARFJOT. 
El lago Ness islandés, porque en él también habita un monstruo.

LA SEGUNDA CASCADA MAS ALTA
Pasamos el único bosque que se puede considerar como tal en Islandia: el bosque Hallormsstaður,  con más de 50 especies, muchas traídas de otros países para comprobar su adaptación al medio islandés y luego poder implantarlos.

Pasamos el puente que sorteaba la punta sur del lago y en su salida llegamos al parking donde se iniciaba la caminata hacia LA CASCADA HENGIFOSS.


Comimos de picnic e iniciamos esa caminata. En su inicio en subida, ofreciendo unas portentosas vistas al lago y su entorno.


Se avanza a orillas de un cerrado desfiladero, alcanzándose una primera cascada: LITLANESFOSS cuya agua caía a modo de cola de caballo entre columnas de basalto.

littlanesfoss

Tras 2km, desde un altozano se divisaba esa otra cola: HENGIFOSS, con sus 118m la segunda más alta del país. Se podía llegar hasta su base.

hengifoss

De vuelta al parking por el mismo camino, continuamos por la otra orilla del lago, entre un paisaje alpino, hasta EGILSTADIR (17.10h. 280km desde que salimos de Hofn)
Esta si se puede considerar mas ciudad, con edificios acolmenados.

Optamos por continuar hasta EL FIORDO SEYDISFJORDUR, por la 93, a 25km.

EL PRECIOSO PUEBLO DE COLORES
La carretera primero fue ascendiendo gradualmente. Cada vez mas peliaguda y con las condiciones meteorológicas más adversas. Aquello se cubrió todo de nieve.  Si no llegamos a ver los quitanieves nos hubiéramos dado la vuelta. No acostumbrados a conducir bajo esas condiciones ibamos a paso de tortuga.


El viento soplaba con fuerza y movía esa nieve, quedándonos unos instantes cegados, todo blanco.

quitanieves

Lo bueno es que no había placas de hielo.
Alcanzada su cota más alta se inició un tan vertiginoso como precioso descenso hasta el mar, hasta la punta de ese fiordo donde se hallaba un pueblito marinero de casas históricas de colores, con muchas galerías, su iglesia azul...

A mitad de esa bajada otra cascada: Gufufoss.


Llegados al pueblo, a 18.15h,  Había varios excelentes alojamientos:
El histórico edificio en el centro, hospital gh, 14000Isk la doble (lleno), 

Nos decantamos por el POST HOSTEL, frente al mar-90€ hab doble, y con un ventanal de fábula: enteramente abierto al fiordo. Justo frente la terminal del ferry.



A LA MAÑANA SIGUIENTE VIMOS ATRACAR EL FERRY QUE UNÍA ISLANDIA Y DINAMARCA Y PASABA POR LAS FEROE. Con una frecuencia de UNO POR SEMANA.

Dimos un paseo por el coqueto pueblo, con esas casas históricas de madera, la IGLESIA AZUL, numerosas galerías, esculturas, artistas…







A media colina, 15min, un escultor había colocado 5 grandes campanas de hormigón, al pasar el viento por ellas “cantaban”

Aprovechamos la excelente cocina del hotel y cenamos.

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