“La residencia del muy precioso”. El lugar más sagrado del Tíbet. Su centro geográfico y espiritual.
El tibetano sueña con visitarlo por lo menos una vez en
su vida.
Es
del 639 dc.
Lo inició el rey S. Gampo para albergar la imagen de Buda traída al
Tíbet por su esposa nepalesa. A su vez, también alzó el templo Ramoche para hacer
lo mismo con la portada por su esposa china. Esa imagen era Jowo Sakyamuny. Al morir el rey, la princesa
la trasladó también al Johkang. Hoy es la imagen más venerada del Tíbet
En
1959 los monjes se atrincheraron acá para resistir la invasión china.
1966-1976
lo convirtieron en porqueriza
1979
autoridades chinas repararon su afrenta restaurándolo
Su entrada principal se hacía desde la plaza
Barkhor.
Frente a esa entrada había dos enormes sangkars (incensarios), dos altos y estilizados postes de oración, de color dorado, y una gran sala de lamparillas, repleta de esas velas con mantequilla de yak que los fieles encendían.
sala lamparillas |
“no habrá guerras ni invasiones desde ningún lado de la frontera entre la región del Este, considerado el país de la Gran China, y toda la región del Oeste, considerada el país del Gran Tíbet”
EL
KOUTOU:
¡Lo
más impresionante no eran ni esos incensarios, ni los darchens, ni la sala
lamparillas… sino la gran cantidad de fieles que había apostados frente su
fachada!
Se
postraban reiteradamente, realizando el koutou, palabra china que
significaba literalmente “dar en la cabeza” (contra el suelo)
Desde
la posición erguida a arrodillarse y tumbarse sobre el suelo, extendiendo los
brazos. Muchos ayudándose con una colchoneta y con unas tablillas sobre las
palmas de sus manos. Una y otra vez.
Así, homenajeaban a las imágenes de Buda del interior del Johkang.
Y
también lo hacían para PURIFICAR SU SUMISIÓN A LOS 5 VENENOS: el deseo, la
ignorancia, la envidia, el orgullo y el odio.
Había tres clases de koutou:
largo: levantaban sus manos por
encima de la cabeza, las bajaban tres veces a la altura del pecho y se
prosternaban en el suelo.
koutou corto, se arrodillaban y
tocaban el suelo con la cabeza y los
brazos.
El
koutou sonoro, los fieles arrodillados frente la imagen de Buda juntaban
las palmas a la altura del pecho y se inclinaban tres veces antes de dar con la
frente en el suelo. Después, se deslizaban en esa posición hasta los pies de la
estatua y rozaban a Buda con la cabeza.
¡Y
tocaba ya entrar!
La taquilla quedaba al lado de esa puerta y arco principal.
Entrada: 85Y-9€
Sin
amedrentarnos por la fiera expresión de los
dioses guardianes pasamos a un primer patio donde ¡hasta su último rincón
presentaba la iconografía tibetana!
En
ese patio estaba el trono del Dalai Lama,
l
a subida al piso superior
y la entrada al SANCTA
SANTORUM.
trono DL |
El perímetro de ese cuadrado sancta sanctorum estaba formado por una veintena de capillas, unas al lado de otras, todas atiborradas de los distintos tipos de Budas, personajes históricos, dioses protectores o darmaphalas…
A sus pies las ofrendas. Junto a mandalas, murales con la historia de Sakyamuni, estatuas de Guru Rimpoche, Cherasing… Apenas iluminadas con lámparas de manteca. Se masticaba su característico olor enranciado, también el del humo del incienso.
La capilla principal era la central, en ella se cobijaba la imagen de Jowo Sakyamuni, el Buda histórico, que llegó a Tíbet desde la India. En torno a ella se forjó la civilización tibetana.
entrada al sanctasanctorum |
con sus soberbias vistas al patio interior del Johkang, y hacia la
otra cara a la Plaza Barkhor ¡y más lejos!: ¡la imagen hacia el Potala era
sublime!
En
ese tejado estaba la rueda de la ley dharma, con sus 8 radios, símbolo del
camino óctuple budista. Flanqueada de dos ciervas, en su caso símbolo de pureza
y del primer sermón de Buda en el parque de los ciervos en Sarnath (India)
¡Impresionante,
espiritual, místico, el Johkang!
Después
hicimos la visita por el Barkhor y a A
21h cenamos en el Restaurante
NAM TSO: empanadas de yak+arroz verduras y otro con cerdo+pollo curry.
11Ypp-1,5€pp.
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