MIERCOLES 9 DIC:
COSTA OESTE: AMBALANGODA (máscaras)+HIKKADUWA (tortugas)
Desayunamos en unawatuna beach en el moderno y atractivo kiosko que teníamos justo frente el hotel. Tenían un gran surtido de pastelería europea recién hecha: caracolas, croissants, capuchinos, tes, cafés... 3´4€pp
Otro buen lugar para ese desayuno, o comer, era Rawana hotel, en la carretera principal. (Era nuestra referencia para apearnos del bus) Aqui se podía optar por desayuno occidental o el cingalés (dhal (lentejas) con roti (pan) y huevo) Era el lugar frecuentado por ellos.
En la carretera tomamos de nuevo un bus a Galle (20Rp) y en su estación central transbordamos a otro hasta AMBALANGODA (47Rp)
EL TRANSPORTE PÚBLICO EN ESTA ZONA ES ESTUPENDO EN CUANTO A HORARIOS. LOS BUSES SON VIEJOS PERO CÓMODOS (En todos pudimos ir sentados). AHORA BIEN, LA CONDUCCIÓN DE ESOS CHOFERES SEGUÍA SIENDO IGUAL DE KAMIKAZE.
Una vez en AMBALANGODA, en un paseo de 10min desde su estación de buses, fuimos hasta el MUSEO DE LAS MÁSCARAS TRADICIONALES DE ARIYAPALA
Una casa tradicional que lleva siglos esculpiendo estas máscaras. Poseía un pequeño museo muy instructivo.
Nos explicaron el por qué de esas máscaras, contra qué mal o sortilegio es efectiva, su uso en las danzas...
Una casa tradicional que lleva siglos esculpiendo estas máscaras. Poseía un pequeño museo muy instructivo.
Nos explicaron el por qué de esas máscaras, contra qué mal o sortilegio es efectiva, su uso en las danzas...
Tras ello vimos a los artesanos tallándolas en el aledaño taller y por último la surtida tienda.
Cruzando la calle estaba LA ESCUELA DE DANZA. Un grupo realizaba los ensayos y nos quedamos a verles.
Nos recomiendan visitar la cercana LAGUNA. DE MADUGAGA, a unos 5km del pueblo. Fuimos en tut tut (400Rp) y una vez allí se realizaba un circuito con barca (2500Rp. al ser 6 dejaron en 10000Rp-10€pp)
Fue un relajante paseo de 90min primero por el rio Nadhu, luego se salía a la laguna, con sus pescadores, el manglar, las nasas... Vimos numerosos martin pescadores, un águila, varanos... Sobre una islita un templete antiquísimo.
Hicimos diversas paradas y desembarcos: una para ver la elaboración de la canela, otra en una piscifactoria flotante. Un paseito agradable sin más.
Pegada a la ajetreada y ruidosa carretera se hallaba esta larga playa.
La estación de buses quedaba en su extremo norte, cerca del puerto. Allí encontramos una terraza bien encima de la arena, perfecta para comer. Mientras nos preparaban 2 hamburguesas de pescado, (talmente es de pescado: en trozos), 2 rotti seafood, 2 ensalada patata, de beber cocacolas, cervezas y agua (3´3€pp) nos dimos un genial baño. La corriente era fuerte pero iba en paralelo a la costa.
Entre baños, siestuqui, tomar el sol, nos cayó un atardecer en tecnicolor. Impresionante.
Doblando esa punta la playa continuaba y era distinta, se alternaban tramos rocosos y amplios arenales ocupados por tranquilas terrazas y alojamientos (a una media de 3000Rp)
La carretera (Galle road) quedaba a la otra cara, a sólo 100m pero desde la playa no se notaba su ritmo frenético. La tranquilidad era absoluta. Sin embargo, fue cruzar esa terraza y toparte con un marasmo de tut tuts, buses, coches, claxons... En su arcen aguardamos el bus que llegó enseguida. Hasta Galle (33Rp) y de aqui otro hasta casita (25Rp)
Tras tres días nos despedimos de Unawatuna. En la carretera tomamos el bus a Galle (22Rp) y enseguida uno de los que partían a Colombo para apearnos en BENTOTA (70Rp)
Ya conocíamos esta carretera. Volvimos a pasar Hikaduwa, Ambalangoda, el museo del tsunami...
BENTOTA es la PLAYA DE LOS RESORTS, de tipicos hoteles-complejo vacacionales de alto standing.
La playa es preciosa, larguísima, de arena muy blanca, casi virgen.
Esos resorts eran una decena y quedaban integrados en la franja de vegetación y palmeras que había entre esa playa y la población que es donde nos dejó el bus.
Esos resorts eran una decena y quedaban integrados en la franja de vegetación y palmeras que había entre esa playa y la población que es donde nos dejó el bus.
El pueblo tiene dos núcleos. El atravesado por esa carretera principal y el que se ubica hacia el interior, entre un paisaje de selva y a orillas del río Bentota Ganga que desemboca en esa playa. Mil veces más interesante este último.
Para que esos turistas no hayan de pasar por Bentota pueblo, (y así codearse con los lugareños), se ha alzado SU PROPIA ESTACIÓN DE TREN, a orillas de la playa, con lo cual es bajarse y trasladarse a su resort. ¡Allá cada cual con sus gustos y su estilo de viaje!...
Apeados del bus se nos acercó un lugareño explicándonos que unos amigos suyos tenían una casa y alquilaban habitaciones. Quedaba a 10min a pie, en una barriada a 100m de la playa, por detras de las vías del tren.
Resultó ser un excelente lugar para alojarse en Bentota (a no ser que te vaya el rollito resort)
Ya instalados, nos fuimos hasta la playa. Para ello hubimos de atravesar las vías por el paso elevado de la estación de tren.
Tras bañarnos y pasear por ella elegimos uno de esos resort para ir a comer y hacer uso de sus instalaciones. Nos lo permitieron en el genial BENTOTA BEACH HOTEL, con sus cuidados jardines por donde campaban los varanos y ardillas, a orillas de la desembocadura del Bentota Ganga que más parecía un apacible lago. Poseía una excelente piscina, bares...
Bentota beach hotel |
En su terraza tomamos unas hamburguesas de pollo tandori, otras de ternera, pizza vegetariana, cervezas, ensalada frutas, helados-6600Rp/6p-7€pp
Luego el asunto consistió en “piscinear”, tumbarse a la bartola en sus tumbonas dispersas por ese jardín de palmeras...
Y es que a la salida del hotel me encontré con el entrañable Paret, el cocinero de ese resort que finalizaba su jornada y regresaba a casa situada en la parte de Bentota interior.
Enseguida sintiéndonos agusto mutuamente, me invitó a acompañarle mientras me contaba anecdotas, su vida, su trabajo. Así, conocí que el hotel llevab años allí, primero como una pequeña guesthouse, ahora multinacional. 800plazas. Casi toda su clientela eran rusos y chinos. Él trabajaba de
Charlando, saludando a sus vecinos, mostrándonos las distintas y exóticas plantas, contándonos del tsunami (él perdió a su madre), yendo paralelos al río por la preciosa carretera llegamos al pueblo sito en mitad de la selva, 10000hab, muy tranquilo, casas diseminadas. A su entrada una niña nos obsequió unas flores, entre una sonrisa que te deshacía.
Paret propuso visitar el TEMPLO. ¡Cómo desperdiciar esa oportunidad! Pensé en mis compañeros que estarian aguardandome. De momento el tiempo pasado no era para alarmarse, por tanto bien podía echarle un vistazo y luego tomar un tut tut para el regreso.
Ya sólo llegar a ese templo fue genial, por una calzada entre la frondosa vegetación. Luego el templo: Tras una entrada con una pared de coloridos motivos, (entre ellos una larga hilera de elefantes, y otra de figuras de monjes), se alcanzaba una no menos vistosa escalera a cuyo final se encontraban los diversos templetes y santuarios.
En uno de ellos había un magnifico Buda recostado, y sus frescos eran curiosimos y originales pues presentaban un estilo cubista.
Paret se detiuvo a realizar una plegaria frente un árbol de la iluminación. Luego me hizo entrar a conocer el abad que me dio la bendición.
Empezaba a caer el atardecer. Aquello fu aún más sublime. Pero ya comenzaba a estar seriamente preocupados por la muy probable alarma de mis amigos. No tenía cómo contactar con ellos.
Paret se detiuvo a realizar una plegaria frente un árbol de la iluminación. Luego me hizo entrar a conocer el abad que me dio la bendición.
Paret expuso que mejor que volver en un tut tut lo hiciera en una barca por el rio. ¡Sonaba estupendo!
Me llevó hasta la orilla y esa barca era una destartalada plataforma colocada sobre dos patines. Dos amigos de Paret harían de remeros.
Ese paseo fue soberbio, pero no tan corto en tiempo. Zigzagueó en el interior de cerrados manglares, y hubieron de atravesar por entero el ancho río hasta la otra orilla por cuestión de las corrientes para después, a la llegada, volver a cruzarlo.
Paret y la balsa |
entre el manglar |
papagayos
|
Desembarcamos antes del puente que cruzaba la carretera principal, a pies de una gran estatua de un Buda sedente.
Vuelta al resort allí no hay nadie. Pensé que mis compis habían regresado a nuestro hotel, ¡pero allí tampoco estaban! Vuelta al resort (¡cada viaje suponía 1km, 10-15min!). Aguardé un rato. Uno de nuestros lemas es que si nos perdemos hemos de regresar al último punto donde nos hemos visto y no moverse de ahí. ¡En verdad había hecho lo que nunca hay que hacer cuando se va con un grupo! Pasó el tiempo, decidí volver a nuestro alojamiento. ¡Nuevo viajecito! ¡Ya había pagado con creces el haber incumplido una de las sagradas normas de un viaje en grupo! ¡Y no habían aparecido por allí!. Más vueltas al coco: ¿Y si no sabían llegar hasta esa casa (no estaba señalizada y no tenía nombre) ¿Debía volver entonces al resort? Y ya dispuesto a ello aparecieron. Habían estado un buen rato en el resort, contemplado el atardecer desde la playa y luego, adivinando lo que me pasó, se habían dado un paseo por la parte baja del pueblo. De aquí al alojamiento. Si allí no hubiera estado entonces sí se habrían preocupado.
Cenamos en la porchada aprovechando que uno de los cuartos poseía cocina. Mientras arreció un tormentón, con aparatosos relámpagos y truenos
Sab-13Dic
Tomamos el tren Bentota-Colombo de 8´15h-0´7€ Con un retraso de 30min llegamos a COLOMBO FORT a 10h
Ese día visitamos COLOMBO y a las 21h tomamos el bus al aeropuerto. Tras 11h de vuelo hicimos escala en París, y de aqui a BCN, y a PMI
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