Con nuestro billete
“vuelta al mundo” RTW, volamos de Nueva Zelanda a SAMOA
TALOFA (HOLA)
SAMOA:
“ Aquí está el verso que me grabareis: /aquí yace donde añoró estar; a
casa volvió el marino, a casa desde el mar /y el cazador de la colina al
hogar”.
Esto reza el epitafio de la tumba de Robert Louis
Stevenson (el de la isla del tesoro), ubicada sobre el monte Vaea, divisando
desde ahí ya para siempre su amada isla. En Samoa encontró su Paraíso y allí
quiso acabar sus días tras sus múltiples viajes.
¡Nada desacertado estuvo!:
Todavía hoy te encuentras un paisaje casi intacto, unas prístinas playas,
gentes hospitalarias, y, sobre todo, un modo de vida ejemplar regido por un
sistema comunitario donde el lema es: no hay “yo”, sino “nosotros”. Familia y comunidad es lo esencial
para un samoano. Y les funciona.
Porque Samoa se rige por
un arraigado código tradicional: el fa´a, cuyo corazón es el
Aiga o grupos familiares.
Cada aiga tiene su Matai que
les representa en el Fono (consejo del pueblo).
Pudimos ver
varias de esas reuniones en la casa comunal de distintas aldeas.
Al frente de
todos el Ali´i (el gran jefe de la villa) Habiendo también en
ese fono uno o varios tulafale (oradores o “jefes de hablar”).
Es
decir, cada familia tiene un interlocutor que en ese fono plantea sus
necesidades y entre todos las resuelven. Todos se apoyan en todos.
¿Cómo surgió este país?:
Si atendemos a la leyenda (que siempre es la versión
correcta) el Dios Pagola creó primero una roca que dividió luego en arcilla,
coral y piedras, creando así la tierra, el mar y el cielo.
De la roca hizo
brotar un manantial de agua dulce, creando a continuación al hombre y a la
mujer a los que envió a ese manantial (Samoa)
Luego ordenó al cielo situarse
sobre la tierra y con almidón y teve (raíces) creó la naturaleza para
finalmente situar el dia (Ao) y la noche (Po), colocando a uno de los hijos de
Po y Ao: Manu´a, como jefe.
-La americana, capital Pago
Pago,
-La independiente, capital Apia.
Comunicadas por avión y por un barco
semanal, el Lady Naomi, que demora 7h entre una y otra.
ESA SAMOA INDEPENDIENTE, la que visitamos, fue la
primera isla del Pacífico en conseguir su emancipación, en 1962, y está formada por 2 islas principales:
-Upolu (1100km2, 135000hab, con la capital Apia)
-Sava´i (una sola
carretera de 200km circunvala su costa. 1700km2, 43000hab).
Entre medias la diminuta
isla de Apolima (80hab) y la de Manono (1000hab)
El por qué de esas dos Samoas se remonta a la llegada
de europeos en el XVIII, siendo los alemanes quienes primero establecieron una
colonia. Los isleños les vendieron sus tierras y les compraban armas para usarlas
en la guerra entre dos reyes de Samoa. Llegaron entonces los americanos y
establecieron una base militar en Pago Pago, consiguiendo que esos dos reyes
accedieran a gobernar por turno, cada 4 años.
Al final se desemboca en la
división en dos partes:
-la Samoa Occidental bajo control alemán
-y la Oriental,
por EEUU.
Los primeros duraron poco pues en 1ª guerra mundial los neozelandeses
les echaron. Los partidarios de la independencia fueron ganando terreno hasta
que en 1962 se logró.
Llegar hasta acá requiere su esfuerzo ¡y tiempo!
¡Estamos en las ANTÍPODAS!, en los remotos y míticos MARES DEL SUR.
Su acceso es desde
NUEVA ZELANDA,
de la que dista 2894km. 3´30h de vuelo.
¡Ya sólo estar en la sala
de espera del aeropuerto prometía!:
Había hombres ataviados con la falda
samoana, mujeres con vestidos estampados, flores en el pelo...
Nosotros partimos el 14DIC
2010 a 7h con Air New Zeland.
Algo muy desconcertante fue que ¡¡¡SALIMOS EL
DÍA 14 Y LLEGAMOS EL 13¡¡¡
Eso es porque en ese trayecto atravesamos
la “date line”: la línea horaria.
Así
que pasamos de estar a 12h más con España a -23h (a efectos prácticos 1h más en
Samoa que en NZ)
¡Tuvimos dos dias 13Dic en nuestra vida! ¡Y al regresar nos desapareció el 20Dic!
Por tanto, aterrizamos el
13 Dic a 12´30h hora local en el aeropuerto de Falelupo, en la isla de Upolu, a 35km de la capital
Apia.
No se precisaba visado.
A la salida abonamos una tasa de 40Talas pp (13€)
-La moneda era el TALA (1€-3Talas-en
2010), dividida en 100senes
-Régimen parlamentario, un jefe de estado vitalicio
y un jefe de gobierno que se elige cada 3años
-Religión:
-Son cristianos devotos.
-Son cristianos devotos.
Las iglesias están por doquier.
¡Y siguen construyendo más!
También hay mormones, protestantes, adventistas,
testigos de Jehová...
-Todos los niños estaban alfabetizados. Muchos hablaban
inglés.
-Hay hospitales pequeños y el principal está en la
capital: Apia. Pagan la hospitalización pero es barata, no así las medicinas
-Todo es comunal.
No pagan por el terreno,
construyen su fale y ya está, sólo pagan la luz.
Todos tienen lo suficiente
para subsistir: sus plantaciones, pesca, cerdos, alguna vaca y caballo, ninguna
oveja porque aquí el clima no les es favorable.
-Viven en unas típicas casas llamadas Fales, por lo
general hechas de madera, asentadas sobre postes o sobre una base que lo aísla
del suelo. ¡Sin paredes!
Por la noche cada costado tiene unas esteras plegables que se bajan.
¡La vida se realiza a la vista de todos!
También están las menos aceptadas palagi-style
(Palagi es extranjero), con sus tabiques, para ellos más incómodas y poco prácticas.
Y eso
se entiende una vez estás aquí: ¡Lo primero que sientes al bajar del avión es
una bofetada de calor húmedo! Mejor es entonces que corra el aire por las
viviendas... ¡Lo extraño es cerrarlas!
Así que nos era curiosísimo ver esa casa con
su salón, cocina, dormitorio… sin divisiones y a la vista de todos.
Como a
nadie se le ocurre tomar lo del prójimo no es necesario puertas o cerramientos.
Y también chocante era que tuvieran una o varias tumbas
en su entrada. Aquí no hay cementerios, ¡a esos familiares se les entierra
delante de la casa! Y con gran respeto.
-Esas casas se distribuían entre un paisaje de
infinito verdor, con bananos, plantaciones de taro (un tubérculo que no
falta en cada comida), palmeras cocoteras (para elaborar leche de coco, monoi
que es su aceite, copra…), urus o árbol del pan, (igualmente imprescindible en
el menú), piñas, mangos, flores de lo más exóticas... ¡Un paraíso!
Aterrizamos en un aeropuerto que quedaba a 35km de Apia.
APIA
Era una ciudad pequeña, a orillas de la cerrada
bahía de Vaiala.
Con un agradable paseo marítimo donde se hallaba el lujoso hotel
Aggie grey, el monumento a Jhon William, misionero que fue ¡comido! en 1839, la
catedral donde a la tarde nos invitaron a ver los ensayos de FIA FIA (las
danzas samoanas); la torre del reloj…
Nos alojamos en el coqueto y colonial Princess Tui Inn
(45T-15€pp con desayuno) sito en un extremo del paseo marítimo. (Meses después
sufriría un incendio)
Paseamos por esa avenida
costera.
Entramos al Aggie Grey, el hotel más chic,
También vimos la catedral,
(estaban realizando los ensayos de bailes para la Navidad)
la
oficina de turismo,
la torre del reloj.
Y SUS MERCADOS.
Había tres:
-A
orillas del mar vimos el FISH MARKET con unos pescados de lo más coloridos...
-A
su lado el FLEA MARKET, donde se ofrecían vestidos también de estridentes colores,
estampados mediante una técnica llamada “siapo”, también objetos de mimbre,
paipais...
Esos mercados poseían su área comedor, con diversos restaurantes
alrededor de la zona central donde se disponían las mesas.
La bahía acababa en una
península donde se hallaba:
-el Fale Fono o Parlamento,
-el memorial de la
independencia que rezaba: 1-Enero-1962. “Samoa fue fundada en Dios”
-y más
allá las tumbas reales...
El calor y la humedad eran fuertes. Nos tomamos una Vailima (cerveza local) en
un bar donde el ambiente era fabuloso (billares, buena música)
Hacia el interior
descubrimos el MUSEO y el otro mercado: EL MAKETI MARKET o de la comida.
Comimos en un chiringo local (15Talas-5€): noodles chopsuey, pollo, tua (el fruto del pan) y por primera vez nos
las vimos con el taro (una especie de boniato)
15DIC -el
desayuno en el Princess Tui Inn se componía de variadas clases de frutas
exóticas, muy refrescantes: papaya, pìña, guayaba, coco...
Tras haber paseado por Apia, iniciar
nuestras visitas por Samoa no podía ser en otro lugar más que en VAILIMA
la casa de ROBERT LOUIS STEVENSON.
A 3km de Apia.
Taxi
10Talas (3,3€), bus 2Talas pp,
entrada 15Talas (5€)
En el XIX este escocés, enfermo de tuberculosis,
llegó hasta Samoa con su mujer Fanny Osborne. Enseguida se ganó el afecto de
los locales que le bautizaron como TUSITALA- el que cuenta historias.
Su casa,
una mansión enorme que ocupa el centro de un fértil valle, (Vailima significa 5
rios), se puede visitar y en ella vimos su escritorio, ropas, baúles de viaje,
cama, fotos...
¡Cómo podían vestir esos rígidos vestidos victorianos y esas botas con este clima!
Por un camino empinado y
resbaladizo, entre un paisaje que olía a sus escritos: la jungla, el
calor, los reptiles, la humedad... ¡En cualquier momento Jhon Silver el Largo
se nos aparecería tras un recodo!
El ascenso nos supuso 30min.
En mi mente
las palabras de Ángel M. Bermejo que en un artículo sobre las Marquesas,
respecto a visitar las tumbas de Gaugin y Jacques Brel, expuso: “Quiero que sea
un homenaje a la vida, a la búsqueda del rincón que cada uno tiene en su mundo,
a las elecciones que significan renuncia o que implican el deseo de encontrarse
en el lugar que uno debe estar”.
Una vez en lo alto
divisamos la bahía de Apia a nuestros pies y nos fascinamos ante esa simple
tumba.
En la placa un cardo y una flor de jengibre símbolos de su Escocia;
la
fecha:1850-1894;
y el epitafio: “ Aqui está el verso que me
grabareis: /aquí yace donde añoró estar; a casa volvió el marino, a casa desde
el mar /y el cazador de la colina al hogar”.
Luego tomamos un bus de vuelta a Apia (2Talas), fuimos al
banco a cambiar, comimos un fish&chips (de bonito) en el mercado del pescado, y
en la estación de buses (una explanada entre los mercados) tomamos el BUS (3Talas) para comenzar a CIRCUNVALAR LA ISLA
Recalco lo de que tomar esos buses ¡es toda una experiencia samoana!:
Van hasta los topes, pero aun así siempre hay hueco para otro.
Subes y alguien te coge la mochila y en cadena se la van pasando hacia atrás y te desaparece.
No hay problema ¡AQUI NADIE TE TOCARÁ NADA! Al apearte, vuelve a aparecer.
Son muy amables, enseguida entablas conversación con ellos y te das cuenta de QUE SI SAMOA ES UN LUGAR MUY REMOTO PARA NOSOTROS, ESPAÑA LO ES MUCHO MAS PARA ELLOS.
Siempre
siguiendo la costa.
El interior estaba casi deshabitado y ocupado por las
plantaciones.
El samoano prefiere vivir en la costa y solo se traslada al
interior para recoger su cosecha de taro, banano o cocos.
Aparte de esa
carretera costera había dos “inland road”: carreteras interiores, que rajaban la isla por medio. Una fue la que usamos para ir a Vailima y continuaba; la otra era paralela.
¡Esa era toda la red viaria que había!
Hoy queríamos
llegar a las playas de la esquina S-E: A Lalomanu.
Antes
nos apeamos en PIULA
CAVE: unas piscinas naturales de agua dulce al lado del mar, con una
gruta en la que se podía nadar dentro.
Tras el segundo baño apoteósico del día, se nos informó que el bus a Lalomanu pasaría a las 18h, así que decidimos avanzar a pie hasta el genuino pueblo de Falefa,
Con sus fales, los crios que no se nos despegaban, las palmeras, el verdor, el río...
Unos 3km hasta la cascada de Falefa no muy llamativa, pero su acceso a través de un sendero atiborrado de flores silvestres era precioso.
Nos
tomamos unos helados en uno de esos chiringos que igualmente eran
característicos. En ellos se vendían casi todos los
productos básicos.
Como cayó un chaparrón (algo habitual y que sólo duraban 5-15min) nos invitaron a pasar a la fale donde se hallaba un
anciano y dos señoras. Con ellos aguardamos el bus que llegó atestado de gente
que venía con la compra de Apia. (2Talas)
Este bus fue adentrándose en las distintas poblaciones y dejando al personal. Esto nos permitió divisar rincones muy auténticos: Las aldeas de Amaile, Samusu, Mutiatele…
Iba sentado
en el pasillo sobre unos sacos de harina de coco.
Atravesamos un tupido bosque
lluvioso llamado UAFATO que era reserva natural.
A las 19h llegamos a LALOMANU,
Una
idílica playa de esas con palmeras, arena blanca, agua traslúcida…
En su
orilla había varios complejos de beach-fales y elegimos el de Taufuna.
45Tpp (15€) con
cena y desayuno.
Esas fales estaban en la mismísima orilla, en un entorno
increíble, el mar se colaba por debajo.
¡Hotel más básico no podía haber y, sin
embargo, no le ganaba ni un 6 estrellas!
Escogimos una fale abierta, es decir:
las auténticas, que se cerraban bajando sus esteras.
Había otras cerradas.
El
mobiliario se componía tan sólo de una camita, (en las abiertas un grueso colchón
sobre el suelo), mosquitera, ambas con electricidad.
Paseamos por esa playa. El atardecer fue de
cinemascope.
A las 20h se sirvió la cena compuesta de “oka” que era un bonito
macerado, cordero, pollo chopsuey, mango, banana, regado con una cerveza vailima.
Reseñar que todo esto lo habían alzado en tan sólo un
año, pues el anterior les dio de pleno el tsunami. Las historias que nos relataron al respecto eran de lo más desoladoras, pero también demostraban su gran coraje y capacidad
de superación.
16DIC:
Amanece.
Aquello era de postal.
El desayuno en la
beach fale estupendo: tortillas de queso y cebolla, jamón frito, tortitas dulces,
tostadas...
Tras él paseamos hacia el extremo de la
playa, de ensueño
Unos baños y a 12h tomamos un taxi
(30T-10€) para recorrer este tramo sur de costa mal comunicada con buses.
Después el taxista nos dejó en la aldea de SALANI,
paseamos por ella adaptándonos al ritmo samoano, pausado.
A 14,30h llegó un
bus.
Entramos en un tramo de costa aún más verde y tropical. Nos apeamos en SIUMU y anduvimos 15min hasta
“beach surf fales” donde comimos. En otra de esas playas perfectas.
Vuelta a la carretera tomamos un nuevo bus (2Talas)
hasta TAFITOALA.
En este pueblo recorrer
2km hasta nuestro objetivo que era el alojamiento que nos habían chivado: “PJ Sine
fales”, (35T-12€ con cena y desayuno) nos llevó ¡dos horas! por las numerosas
paradas a charlar con unos y otros, las invitaciones para ver los ensayos de danzas
y canciones para la Navidad ….
Un apacible ritmo rural. Éramos los únicos extranjeros.
Jugamos con sus 5hijos, (PJ Sine eran los nombres de sus hijos,
Sine la más pequeña), mientras se nos hacía la cena.
Les puse una peli en mi ordenador (Happy feet, por lo de la nieve que aquí no tienen, ¡y ya la habían
visto! Aquí todos tienen tv y acceso a las mismas pelis que nosotros. Aún así, volvieron a verla fascinados)
Esa cena consistió en un magnífico guiso en leche de
coco y fruto del pan, y de postre: papaya.
Tras ella, degustando un café samoano,
(más flojo que el nuestro), hablamos del tsunami de 2009.
Nos contaron cómo
huyeron hacia las montañas. Aquí, en Tafitoala, no hubo muertos (en Lalomanu 48), y al día
siguiente se encontraron que todo estaba arrasado y lleno de peces varados que
fueron los que les permitieron sobrevivir en esos días siguientes a la
catástrofe.
Nunca antes les había sucedido algo así. En sus anales no hay registrado
tsunami alguno.
17DIC:
¡Vaya susto!
A las 6am comenzaron a sonar las campanas, ¿en señal de alarma?... Nos
asomamos y no vimos a nadie por las calles, todo era una quietud extrema que nos escamó.
Miramos al mar, el agua estaba caliente y su nivel más bajo que ayer, los perros
ladraban desaforados... ¡Y ya teníamos encima la paranoia del tsunami...! ¡Ya no pudimos pegar ojo, pendientes de ese mar!
Luego, en el desayuno con la familia, nos explicaron
que eso era lo normal, era la bajada de marea, y las campanas siempre tañían a las 6,
la sirena de alarma era distinta.
Salimos del pueblo para tomar el bus de las 10h,
hacia Apia recorriendo toda la costa suroeste. (5Talas)
El trayecto fue precioso, pasando aldeas con gran encanto...
Desde la carretera había desvíos a las playas de Virgin Cove,
Salamumu, Matareva, Return to paradise (sí, se llamaba así)
Luego el bus
tomó la segunda carretera interior ocupada por plantaciones y con solo una
aldea.
Llegamos a Apia. Trasbordamos de bus para tomar el que nos llevó hasta el muelle de los ferrys.
Se hallaba en la misma carretera del aeropuerto a
40km.
Tomamos el ferry de
las 14h (12Talas pp-3€)
A LA OTRA ISLA: A SAVAI. Un
trayecto de 22 km ,
atravesando el canal de Apolima. 1´15h.
localidad muy dispersa, con su
mercado y poco más.
Enseguida tomamos el bus a Manase, el principal centro turístico, ubicado en su parte Norte.
Sin embargo, a mitad de camino, impulsivamente, nos
bajamos pues vimos una fales bien encima del mar, y su precio 25Talas pp-8€.
¡Otro
lugar mágico!
TOELAN BEACH
FALES:
La señora que las regentaba, Lano, igualmente nos trató
como si fuera nuestra mamá.
De inicio nos ofreció como bienvenida agua caliente
con hojas de limonero (¡qué rico!); después
trajo leche y pancakes.
Un baño, relax, y a 19´30h la cena.
Le pedimos un
pescado del lugar y nos cocinó uno llamado ureque+¡5platos más!
Lo compartimos con Renko, un holandés “errante”, y una austriaca que llevaba aquí
2 meses, con su hijo Jacques de 8 años, ¡El crío más sádico con que yo nunca
antes me haya topado! ¡Sólo hablaba de sangre y de asesinatos!…
18DIC:
A las
7h, tras unas pesadillas con el dichoso niño, esta vez nos despertó con
sobresalto un grupo de mujeres con la música a todo trapo. De todas las edades
y “volúmenes”.
Después nos contarían que una vez por semana se reunían en este lugar para hacer ejercicio
y mantenerse en forma (eso sí, a la samoana): Hacían step, -bailaban-, jugaban
voley, -bailaban-, jugaron al pañuelo, -nuevo baile-...
¡Un despertar de lo más
majo!
Como la señora nos trató tan bien y, además, esa noche
nos dijo que tenía una fiesta y que iba a cocinar un lechón a la samoana,
(enterrado en un horno en el suelo), decidimos quedarnos acá una segunda noche.
Tras la sesión de gimnasia y el opíparo desayuno tomamos el bus a Manase
En esta
isla tomar buses era más complicado, no había tantos, muchos tramos
incomunicados y a partir de las 16h olvídate.
Ascendimos un pequeño
puerto.
El paisaje cambió drásticamente pues en este tramo el terreno eran CAMPOS DE LAVA.
A 12h llegamos a MANASE.
Paseamos por las
distintas playas, magnificas, de arena fina y blanca, ribeteadas de palmeras,
agua turquesa…
Había mucho alojamiento:
Regina´s, Jane´s (donde se podía alquilar coche), Tanu…
Todas a orillas de un mar espectacular.
Comimos en una
de esas fales.
Baños.
Vimos una boda
siesta samoana |
Entonces nos enteramos de que no había más buses. Tomamos un taxi
(30Talas-10€) y volvimos a las fales de Taunus.
Al llegar Jacques nos recibió entusiasmado para
contarnos que había sido él quien mató el cochinillo, recreándose en explicarnos
cómo le hincó el cuchillo en la garganta, la sangre, los gruñidos...
Esa noche atamos las
esteras de la fale con triple nudo, por si acaso...
La cena fue un estupendo buffet donde, aparte de ese
cochinillo, había múltiples platos samoanos.
Por extraño, destaco una especie de
caviar de algas, en unos racimos de bolitas color verde intenso.
19DIC:
Tras otro desayuno abundante, tomamos bus hasta Manase junto al holandés Renco.
En vista de
lo complicado del transporte, en Manase, en Jane´s beach fales, alquilamos un coche
por 100Talas-33€ para dar la VUELTA
A LA ISLA.
A 11h salimos hacia el Norte, atravesando pueblos típicamente samoanos.
Visitamos
un lugar llamado “la estatua de roca”, esto es una formación rocosa en este
tramo de costa hecha de lava, (había que echarle mucha imaginación)…
Llegamos hasta
la esquina superior que era la
península de Falelupo.
Desde ella iniciamos el tramo sur parándonos en
los campos de lava, en la
hermosa playa de Satuitua, los blowholes: unos chorros de agua de mar
que se colaba entre las rocas y salía expulsada muchos metros hacia arriba, tan
potentes que alzaban un coco.
Un lugar muy sagrado para los samoanos.
3km entre una tupida selva
hasta que el sendero se acababa en lo alto de una colina.
Por más que miráramos y
buscáramos no dimos con ese gran montículo de piedras piramidal de 60+50m y 12m
de altura Hasta que nos percatamos que era ¡porque estábamos sobre él!
Ocultado por la vegetación, era imposible distinguirlo.
A la vuelta, tomamos un camino que nos llevó a las cascadas Afu-a-au
donde nos dimos un baño en la laguna color esmeralda a la que caían estos tres
pequeños saltos.
Por último, tomamos el desvío a la playa de Aganoa.
Llegamos a la capital de la isla de Savai: Saleloga, donde
atracaban los ferrys.
Nos despedimos de Renko que continuó con el coche para
devolverlo.
Nosotros buscamos un alojamiento cercano al muelle.
Dimos con el
genial Louisa´s lagoon chalets, con magníficas fales y cabañas encima de la
laguna, (300T por suitte, 160T por sencillas, dejaron en 100T-33€)
El sitio era una
cucada: playa privada, las cabañas entre medias de selva, piscina natural en la
laguna, embarcadero donde cenamos un
barbacoa que previamente compramos en un puesto del pueblo (8T):
con cerdo, pollo, cordero, salchicha, plátano y taro asados. Bajo las estrellas
y una luna llena...
20DIC.
Tras
otro desayuno de esos con sus variadas frutas tropicales nos trasladamos en
taxi (4Talas) al muelle para tomar
el ferry de las 10h
Llegando a la isla de Upolu a 11h. (había 4 al día.
12Talas-3€)
Tomamos taxi (5T) y le pedimos nos dejara en alguna
playa cerca del aeropuerto. (A las 21h salía nuestro avion a NZ).
Nos quedamos en SALETUALA, vecinos al aeropuerto,
Una
familia nos permitió dejar equipaje en su casa, incluso quedarnos cuanto
quisiéramos.
¿Y qué hacían los samoanos en Domingo?... ¡Nos fuimos a misa!
¡Resulta que no había una, sino 6 iglesias de distintas doctrinas! ¡En una aldea de
no más de 500hab! ¡Con 4 oficios esa tarde!
Esas misas más bien eran
un festival, con cánticos geniales...
¡Ya me parecía a mí que eso de meter a un
samoano un sermón a palo seco... como que no!
El caso es que era un espectáculo:
las gentes con sus mejores galas, las señoras con sus sombreros
decimonónicos... los cantos... las palmas...
Nada más llegar al pueblo se nos pegó un personaje
llamado Lapalapa (¡nunca más exacto el nombre¡) Llevaba una trompa de
cuidado, eso sí, de lo más graciosa e inocente.
Nos acompañó y llevó por todos lados. Echamos unas buenas risas con
él, todos le saludaban, y él levantaba la cabeza, ufano de guiar a sus amigos
extranjeros.
1º
asistimos a la iglesia católica.
Mas que misa parecía un festival navideño.
El
cura, desde el púlpito, nos dio la bienvenida y el remate fue cuando, tras los
cantos y los bailes, se hizo un sorteo y como dama de honor para entregar los
regalos eligieron a mi compañera.
Mientras daba los presentes ella fue
recibiendo collares y más collares hechos con chuches que colgaban a su cuello.
Llegó a tener una docena que luego repartimos entre los críos.
A la salida nos
presentaron a la maestra, al alcalde, mientras nos hablaban de sus costumbres
tomamos un helado con ellos.
“Artísticamente” más sobrios, así que no
estuvimos mucho rato y les dejamos para ir a la mas marchosa iglesia animista.
¡Eso sí eran coros!
Luego Lapalapa nos invitó a su casa. Allí conocimos
a sus sobrinas Beate y Marimu, a su hermano... Toda la familia habitaba un mismo
hogar compuesto por distintas fales, una pequeña plantación y corrales.
Se nos
ofreció a beber chocolate a la samoana, que era más liquido que el que nosotros estamos acostumbrados.
A 19h nos fuimos al aeropuerto.
¡Nos daba mucha pena abandonar la gentil Samoa! En
ella habíamos pasado unos días de lo más entrañables.
TOFA SAMOA (adiós Samoa).
FAEFATAI
(Gracias)
Salimos a las 21´50h.
Tasas de salida: 40Talas (13€)
Llegamos
a 00´30h a Auckland.
Tomamos el shuttle hasta el city garden lodge donde
llegamos a las 2h.
(¡¡¡Saliendo el día 19 de Samoa llegamos el 21 a Nueva Zelanda¡¡¡)
21Dic:
¡¡¡¡VOLAMOS A
TAHITÍ!!!!!
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