miércoles, 20 de junio de 2018

SAMOA


Con nuestro  billete “vuelta al mundo” RTW, volamos de Nueva Zelanda a SAMOA

TALOFA (HOLA) SAMOA:

“ Aquí está el verso que me grabareis: /aquí yace donde añoró estar; a casa volvió el marino, a casa desde el mar /y el cazador de la colina al hogar”. 
Esto reza el epitafio de la tumba de Robert Louis Stevenson (el de la isla del tesoro), ubicada sobre el monte Vaea, divisando desde ahí ya para siempre su amada isla. En Samoa encontró su Paraíso y allí quiso acabar sus días tras sus múltiples viajes. 

¡Nada desacertado estuvo!: 
Todavía hoy te encuentras un paisaje casi intacto, unas prístinas playas, gentes hospitalarias, y, sobre todo, un modo de vida ejemplar regido por un sistema comunitario donde el lema es: no hay “yo”, sino “nosotros”. Familia y comunidad es lo esencial para un samoano. Y les funciona.


Porque Samoa se rige por un arraigado código tradicional: el fa´a, cuyo corazón es el Aiga o grupos familiares.
Cada aiga tiene su Matai que les representa en el Fono (consejo del pueblo). 

Pudimos ver varias de esas reuniones en la casa comunal de distintas aldeas. 

Al frente de todos el Ali´i (el gran jefe de la villa) Habiendo también en ese fono uno o varios tulafale (oradores o “jefes de hablar”). 
Es decir, cada familia tiene un interlocutor que en ese fono plantea sus necesidades y entre todos las resuelven. Todos se apoyan en todos. 


¿Cómo surgió este país?:
Si atendemos a la leyenda (que siempre es la versión correcta) el Dios Pagola creó primero una roca que dividió luego en arcilla, coral y piedras, creando así la tierra, el mar y el cielo. 
De la roca hizo brotar un manantial de agua dulce, creando a continuación al hombre y a la mujer a los que envió a ese manantial (Samoa)
Luego ordenó al cielo situarse sobre la tierra y con almidón y teve (raíces) creó la naturaleza para finalmente situar el dia (Ao) y la noche (Po), colocando a uno de los hijos de Po y Ao: Manu´a, como jefe.

Hay 2 Samoas: 
-La americana, capital Pago Pago,
-La independiente, capital Apia. 

Comunicadas por avión y por  un barco semanal, el Lady Naomi, que demora 7h entre una y otra.


ESA SAMOA  INDEPENDIENTE, la que visitamos, fue la primera isla del Pacífico en conseguir su emancipación, en 1962, y está formada por 2 islas principales: 

-Upolu (1100km2, 135000hab, con la capital Apia) 

-Sava´i (una sola carretera de 200km circunvala su costa. 1700km2, 43000hab). 

Entre medias la diminuta isla de Apolima (80hab) y la de Manono (1000hab)

El por qué de esas dos Samoas se remonta a la llegada de europeos en el XVIII, siendo los alemanes quienes primero establecieron una colonia. Los isleños les vendieron sus tierras y les compraban armas para usarlas en la guerra entre dos reyes de Samoa. Llegaron entonces los americanos y establecieron una base militar en Pago Pago, consiguiendo que esos dos reyes accedieran a gobernar por turno, cada 4 años. 
Al final se desemboca en la división en dos partes: 
-la Samoa Occidental bajo control alemán 
-y la Oriental, por EEUU. 
Los primeros duraron poco pues en 1ª guerra mundial los neozelandeses les echaron. Los partidarios de la independencia fueron ganando terreno hasta que en 1962 se logró.

Llegar hasta acá requiere su esfuerzo ¡y tiempo! 
¡Estamos en las ANTÍPODAS!, en los remotos y míticos MARES DEL SUR.

Su acceso es desde NUEVA ZELANDA, de la que dista 2894km. 3´30h de vuelo.

¡Ya sólo estar en la sala de espera del aeropuerto prometía!: 
Había hombres ataviados con la falda samoana, mujeres con vestidos estampados, flores en el pelo...



Nosotros partimos el 14DIC 2010 a 7h con Air New Zeland.




Algo muy desconcertante fue que ¡¡¡SALIMOS EL DÍA 14 Y LLEGAMOS EL 13¡¡¡ 

Eso es porque en ese trayecto atravesamos la “date line”: la línea  horaria. 

Así que pasamos de estar a 12h más con España a -23h (a efectos prácticos 1h más en Samoa que en NZ)

¡Tuvimos dos dias 13Dic en nuestra vida! ¡Y al regresar nos desapareció el 20Dic!

Por tanto, aterrizamos el 13 Dic a 12´30h hora local en el aeropuerto de Falelupo,  en la isla de Upolu, a 35km de la capital Apia.


-Los trámites de entrada fueron facilísimos

No se precisaba visado. 

A la salida abonamos una tasa de 40Talas pp (13€)




-La moneda era el TALA (1€-3Talas-en 2010), dividida en 100senes


-Régimen parlamentario, un jefe de estado vitalicio y un jefe de gobierno que se elige cada 3años

-Religión:
-Son cristianos devotos. 
Las iglesias están por doquier. ¡Y siguen construyendo más! 
También hay mormones, protestantes, adventistas, testigos de Jehová... 


-Todos los niños estaban alfabetizados. Muchos hablaban inglés.

-Hay hospitales pequeños y el principal está en la capital: Apia. Pagan la hospitalización pero es barata, no así las medicinas

-Todo es comunal
No pagan por el terreno, construyen su fale y ya está, sólo pagan la luz. 
Todos tienen lo suficiente para subsistir: sus plantaciones, pesca, cerdos, alguna vaca y caballo, ninguna oveja porque aquí el clima no les es favorable.


-Viven en unas típicas casas llamadas Fales, por lo general hechas de madera, asentadas sobre postes o sobre una base que lo aísla del suelo. ¡Sin paredes!


Por la noche cada costado tiene unas esteras plegables que se bajan. 
¡La vida se realiza a la vista de todos!

la casa abierta

También están las menos aceptadas palagi-style (Palagi es extranjero), con sus tabiques, para ellos más incómodas y poco prácticas. 
Y eso se entiende una vez estás aquí: ¡Lo primero que sientes al bajar del avión es una bofetada de calor húmedo! Mejor es entonces que corra el aire por las viviendas... ¡Lo extraño es cerrarlas! 

Así que nos era curiosísimo ver esa casa con su salón, cocina, dormitorio… sin divisiones y a la vista de todos. 
Como a nadie se le ocurre tomar lo del prójimo no es necesario puertas o cerramientos.

Y también chocante era que tuvieran una o varias tumbas en su entrada. Aquí no hay cementerios, ¡a esos familiares se les entierra delante de la casa! Y con gran respeto.

-Esas casas se distribuían entre un paisaje de infinito verdor, con bananos, plantaciones de taro (un tubérculo que no falta en cada comida), palmeras cocoteras (para elaborar leche de coco, monoi que es su aceite, copra…), urus o árbol del pan, (igualmente imprescindible en el menú), piñas, mangos, flores de lo más exóticas... ¡Un paraíso!


Aterrizamos en un aeropuerto que quedaba a 35km de Apia


Íbamos dispuestos a probar ya ¡otro de los emblemas samoanos!: ¡su red de aparatosos y coloridos buses! que se llenan hasta los topes y llevan la música a todo volumen, los ocupantes van unos encima de otros, (literalmente), con sus compras: taros, pescados, bananas, esteras, uralitas para los tejados, ¡todo cabía en estos buses!, pero se nos acercó un neozelandés-samoano proponiéndonos compartir taxi- 50Talas (17€) /2



APIA 
Era una ciudad pequeña, a orillas de la cerrada bahía de Vaiala. 
Con un agradable paseo marítimo donde se hallaba el lujoso hotel Aggie grey, el monumento a Jhon William, misionero que fue ¡comido! en 1839, la catedral donde a la tarde nos invitaron a ver los ensayos de FIA FIA (las danzas samoanas); la torre del reloj… 

Nos alojamos en el coqueto y colonial Princess Tui Inn (45T-15€pp con desayuno) sito en un extremo del paseo marítimo. (Meses después sufriría un incendio)

Princess Tua inn

Paseamos por esa avenida costera.



Entramos al Aggie Grey, el hotel más chic, 

hotel Aggie Grey

También vimos la catedral, (estaban realizando los ensayos de bailes para la Navidad)

catedral
ensayos navideños en la catedral

la oficina de turismo,
la torre del reloj.

Y SUS MERCADOS. 
Había tres: 

-A orillas del mar vimos el FISH MARKET con unos pescados de lo más coloridos... 


-A su lado el FLEA MARKET, donde se ofrecían  vestidos también de estridentes colores, estampados mediante una técnica llamada “siapo”, también objetos de mimbre, paipais... 


Flea market

Esos mercados poseían su área comedor, con diversos restaurantes alrededor de la zona central donde se disponían las mesas.

La bahía acababa en una península donde se hallaba:
-el Fale Fono o Parlamento, 
-el memorial de la independencia que rezaba: 1-Enero-1962. “Samoa fue fundada en Dios” 
-y más allá las tumbas reales...

parlamento

tumbas reales



El calor y la humedad eran fuertes. Nos tomamos una Vailima (cerveza local) en un bar donde el ambiente era fabuloso (billares, buena música)



Hacia el interior descubrimos el MUSEO y el otro mercado: EL MAKETI MARKET o de la comida. 
Comimos en un chiringo local (15Talas-5€): noodles chopsuey, pollo, tua (el fruto del pan) y por primera vez nos las vimos con el taro (una especie de boniato)






15DIC -el desayuno en el Princess Tui Inn se componía de variadas clases de frutas exóticas, muy refrescantes: papaya, pìña, guayaba, coco...

Tras haber paseado por Apia, iniciar nuestras visitas por Samoa no podía ser en otro lugar más que en  VAILIMA la casa de ROBERT LOUIS STEVENSON. 

A 3km de Apia. 
Taxi 10Talas (3,3€), bus 2Talas pp, 
entrada 15Talas (5€)

En el XIX este escocés, enfermo de tuberculosis, llegó hasta Samoa con su mujer Fanny Osborne. Enseguida se ganó el afecto de los locales que le bautizaron como TUSITALA- el que cuenta historias. 
Su casa, una mansión enorme que ocupa el centro de un fértil valle, (Vailima significa 5 rios), se puede visitar y en ella vimos su escritorio, ropas, baúles de viaje, cama, fotos... 
¡Cómo podían vestir esos rígidos vestidos victorianos y esas botas con este clima!


Visitada la casa, subimos hasta su tumba ubicada en la cumbre del monte Vaea, 
Por un camino empinado y resbaladizo, entre un paisaje que olía a sus escritos: la jungla, el calor, los reptiles, la humedad... ¡En cualquier momento Jhon Silver el Largo se nos aparecería tras un recodo! 

El ascenso nos supuso 30min. 

En mi mente las palabras de Ángel M. Bermejo que en un  artículo sobre las Marquesas, respecto a visitar las tumbas de Gaugin y Jacques Brel, expuso: “Quiero que sea un homenaje a la vida, a la búsqueda del rincón que cada uno tiene en su mundo, a las elecciones que significan renuncia o que implican el deseo de encontrarse en el lugar que uno debe estar”.

Una vez en lo alto divisamos la bahía de Apia a nuestros pies y nos fascinamos ante esa simple tumba. 
En la placa un cardo y una flor de jengibre símbolos de su Escocia; 
la fecha:1850-1894; 
y el epitafio: “ Aqui está el verso que me grabareis: /aquí yace donde añoró estar; a casa volvió el marino, a casa desde el mar /y el cazador de la colina al hogar”.


A la bajada nos dimos un baño en la poza con cascada de esa finca de Vailima, con su agua cristalina. 

Luego tomamos un bus de vuelta a Apia (2Talas), fuimos al banco a cambiar, comimos un fish&chips (de bonito) en el mercado del pescado, y en la estación de buses (una explanada entre los mercados) tomamos el BUS (3Talas) para comenzar a CIRCUNVALAR LA ISLA

Recalco lo de que  tomar esos buses ¡es toda una experiencia samoana!: 
Van hasta los topes, pero aun así siempre hay hueco para otro. 
Subes y alguien te coge la mochila y en cadena se la van pasando hacia atrás y te desaparece. 
No hay problema ¡AQUI NADIE TE TOCARÁ NADA! Al apearte, vuelve a aparecer.
Son muy amables, enseguida entablas conversación con ellos y te das cuenta de QUE SI SAMOA ES UN LUGAR MUY REMOTO PARA NOSOTROS, ESPAÑA LO ES MUCHO MAS PARA ELLOS.



Iniciamos la circunvalación de la isla en el sentido de las agujas del reloj. 

Siempre siguiendo la costa.
El interior estaba casi deshabitado y ocupado por las plantaciones. 

El samoano prefiere vivir en la costa y solo se traslada al interior para recoger su cosecha de taro, banano o cocos. 

Aparte de esa carretera costera había dos “inland road”: carreteras interiores, que rajaban la isla por medio. Una fue la que usamos para ir a Vailima y continuaba; la otra era paralela. 
¡Esa era toda la red viaria que había!

Hoy queríamos llegar a las playas de la esquina S-E: A Lalomanu. 

Antes nos apeamos en PIULA CAVE: unas piscinas naturales de agua dulce al lado del mar, con una gruta en la que se podía nadar dentro.


Tras el segundo baño apoteósico del día, se nos informó que el bus a Lalomanu pasaría a las 18h, así que decidimos avanzar a pie hasta el genuino pueblo de Falefa,

Con sus fales, los crios que no se nos despegaban, las palmeras, el verdor, el río... 



Unos 3km hasta la cascada de Falefa no muy llamativa, pero su acceso a través de un sendero atiborrado de flores silvestres era precioso. 

Cascada Falefa

Nos tomamos unos helados en uno de esos chiringos que igualmente eran característicos. En ellos se vendían casi todos los productos básicos. 

Como cayó un chaparrón (algo habitual y que sólo duraban 5-15min) nos invitaron a pasar a la fale donde se hallaba un anciano y dos señoras. Con ellos aguardamos el bus que llegó atestado de gente que venía con la compra de Apia. (2Talas)


Este bus fue adentrándose en las distintas poblaciones y dejando al personal. Esto nos permitió divisar rincones muy auténticos: Las aldeas de Amaile, Samusu, Mutiatele… 
Iba sentado en el pasillo sobre unos sacos de harina de coco. 
Atravesamos un tupido bosque lluvioso llamado UAFATO que era reserva natural. 

A las 19h llegamos a LALOMANU, 
Una idílica playa de esas con palmeras, arena blanca, agua traslúcida… 

En su orilla había varios complejos de beach-fales y elegimos el de Taufuna. 
45Tpp (15€) con cena y desayuno. 
Esas fales estaban en la mismísima orilla, en un entorno increíble, el mar se colaba por debajo. 


¡Hotel más básico no podía haber y, sin embargo, no le ganaba ni un 6 estrellas! 

Escogimos una fale abierta, es decir: las auténticas, que se cerraban bajando sus esteras.
Había otras cerradas.
El mobiliario se componía tan sólo de una camita, (en las abiertas un grueso colchón sobre el suelo), mosquitera, ambas con electricidad. 

Fales en Lolamanu

Paseamos por esa playa. El atardecer fue de cinemascope. 


A las 20h se sirvió la cena compuesta de “oka” que era un bonito macerado, cordero, pollo chopsuey, mango, banana, regado con una cerveza vailima.

Reseñar que todo esto lo habían alzado en tan sólo un año, pues el anterior les dio de pleno el tsunami. Las historias que nos relataron al respecto eran de lo más desoladoras, pero también demostraban  su gran coraje y capacidad de superación.

16DIC:
Amanece. 
Aquello era de postal. 
El desayuno en la beach fale estupendo: tortillas de queso y cebolla, jamón frito, tortitas dulces, tostadas... 
Tras él paseamos hacia el extremo de la playa, de ensueño
Unos baños y a 12h tomamos un taxi (30T-10€) para recorrer este tramo sur de costa mal comunicada con buses.


Fuimos hasta TO SUA OCEAN TRENCH: dos enormes simas intercomunicadas en cuyo fondo había un lago en el que era posible bañarse previa bajada por una escalera de vértigo.

Después el taxista nos dejó en la aldea de SALANI, paseamos por ella adaptándonos al ritmo samoano, pausado. 

A 14,30h llegó un bus. 

Entramos en un tramo de costa aún más verde y tropical. Nos apeamos en SIUMU y anduvimos 15min hasta “beach surf fales” donde comimos. En otra de esas playas perfectas.


Vuelta a la carretera tomamos un nuevo bus (2Talas) hasta TAFITOALA. 

En este pueblo recorrer 2km hasta nuestro objetivo que era el alojamiento que nos habían chivado: “PJ Sine fales”, (35T-12€ con cena y desayuno) nos llevó ¡dos horas! por las numerosas paradas a charlar con unos y otros, las invitaciones para ver los ensayos de danzas y canciones para la Navidad…. Un apacible ritmo rural. Éramos los únicos extranjeros.


Estas fales las regentaba una familia que nos acogió muy hospitalariamente. De primeras ofreciéndonos coco, tanto su pulpa como su agua. 
Jugamos con sus 5hijos, (PJ Sine eran los nombres de sus hijos, Sine la más pequeña), mientras se nos hacía la cena. 


Les puse una peli en mi ordenador (Happy feet, por lo de la nieve que aquí no tienen, ¡y ya la habían visto! Aquí todos tienen tv y acceso a las mismas pelis que nosotros. Aún así, volvieron a verla fascinados)


Esa cena consistió en un magnífico guiso en leche de coco y fruto del pan, y de postre: papaya. 
Tras ella, degustando un café samoano, (más flojo que el nuestro), hablamos del tsunami de 2009. 
Nos contaron cómo huyeron hacia las montañas. Aquí, en  Tafitoala, no hubo muertos (en Lalomanu 48), y al día siguiente se encontraron que todo estaba arrasado y lleno de peces varados que fueron los que les permitieron sobrevivir en esos días siguientes a la catástrofe. 
Nunca antes les había sucedido algo así. En sus anales no hay registrado tsunami alguno. 


17DIC: 
¡Vaya susto! 
A las 6am comenzaron a sonar las campanas, ¿en señal de alarma?... Nos asomamos y no vimos a nadie por las calles, todo era una quietud extrema que nos escamó.
Miramos al mar, el agua estaba caliente y su nivel más bajo que ayer, los perros ladraban desaforados... ¡Y ya teníamos encima la paranoia del tsunami...! ¡Ya no pudimos pegar ojo, pendientes de ese mar!
Luego, en el desayuno con la familia, nos explicaron que eso era lo normal, era la bajada de marea, y las campanas siempre tañían a las 6, la sirena de alarma era distinta.

Salimos del pueblo para tomar el bus de las 10h, hacia Apia recorriendo toda la costa suroeste. (5Talas) 

El trayecto fue precioso, pasando aldeas con gran encanto... 

Desde la carretera había desvíos a las playas de Virgin Cove, Salamumu, Matareva, Return to paradise (sí, se llamaba así)


Luego el bus tomó la segunda carretera interior ocupada por plantaciones y con solo una aldea.

Llegamos a Apia.  Trasbordamos de bus para tomar el que nos llevó hasta el muelle de los ferrys. 

Se hallaba en la misma carretera del aeropuerto a 40km. 

Tomamos el ferry de las 14h (12Talas pp-3€)

 A LA OTRA ISLA: A SAVAI. Un trayecto de 22 km, atravesando el canal de Apolima. 1´15h.



El ferry atracó en Saleloga a 15,15h,
localidad muy dispersa, con su mercado y poco más. 


Enseguida tomamos el bus a Manase, el principal centro turístico, ubicado en su parte Norte. 



Sin embargo, a mitad de camino, impulsivamente, nos bajamos pues vimos una fales bien encima del mar, y su precio 25Talas pp-8€. 
¡Otro lugar mágico!
TOELAN BEACH FALES:


La señora que las regentaba, Lano, igualmente nos trató como si fuera nuestra mamá. 

De inicio nos ofreció como bienvenida agua caliente con hojas de limonero (¡qué rico!); después trajo leche y pancakes. 
Un baño, relax, y a 19´30h la cena. 
Le pedimos un pescado del lugar y nos cocinó uno llamado ureque+¡5platos más! 
Lo compartimos con Renko, un holandés “errante”, y una austriaca que llevaba aquí 2 meses, con su hijo Jacques de 8 años, ¡El crío más sádico con que yo nunca antes me haya topado! ¡Sólo hablaba de sangre y de asesinatos!… 





18DIC: 
A las 7h, tras unas pesadillas con el dichoso niño, esta vez nos despertó con sobresalto un grupo de mujeres con la música a todo trapo. De todas las edades y “volúmenes”. 


Después nos contarían que una vez por semana se reunían en este lugar para hacer ejercicio y mantenerse en forma (eso sí, a la samoana): Hacían step, -bailaban-, jugaban voley, -bailaban-, jugaron al pañuelo, -nuevo baile-... 
¡Un despertar de lo más majo!

Como la señora nos trató tan bien y, además, esa noche nos dijo que tenía una fiesta y que iba a cocinar un lechón a la samoana, (enterrado en un horno en el suelo), decidimos quedarnos acá una segunda noche.

Tras la sesión de gimnasia y el opíparo desayuno tomamos el bus a Manase 

En esta isla tomar buses era más complicado, no había tantos, muchos tramos incomunicados y a partir de las 16h olvídate. 

Ascendimos un pequeño puerto. 
El paisaje cambió drásticamente pues en este tramo el terreno eran CAMPOS DE LAVA

A 12h llegamos a MANASE. 


Paseamos por las distintas playas, magnificas, de arena fina y blanca, ribeteadas de palmeras, agua turquesa… 

Había mucho alojamiento:
Regina´s, Jane´s (donde se podía alquilar coche), Tanu… 
Todas a orillas de un mar espectacular. 

Comimos en una de esas fales. 
Baños. 
Vimos una boda




siesta samoana

Al atardecer paseamos por las aldeas de este tramo de costa Norte: Avao, Lalepa, Fagamalo... 

pizzeria

Entonces nos enteramos de que no había más buses. Tomamos un taxi (30Talas-10€) y volvimos a las fales de Taunus.

Al llegar Jacques nos recibió entusiasmado para contarnos que había sido él quien mató el cochinillo, recreándose en explicarnos cómo le hincó el cuchillo en la garganta, la sangre, los gruñidos... 

Esa noche atamos las esteras de la fale con triple nudo, por si acaso...



La cena fue un estupendo buffet donde, aparte de ese cochinillo, había múltiples platos samoanos. 
Por extraño, destaco una especie de caviar de algas, en unos racimos de bolitas color verde intenso.




19DIC: 
Tras otro desayuno abundante, tomamos bus hasta Manase junto al holandés Renco. 

En vista de lo complicado del transporte, en Manase, en Jane´s beach fales, alquilamos un coche por 100Talas-33€ para dar la VUELTA A LA ISLA.
 
A 11h salimos hacia el Norte, atravesando pueblos típicamente samoanos. 

Visitamos un lugar llamado “la estatua de roca”, esto es una formación rocosa en este tramo de costa hecha de lava, (había que echarle mucha imaginación)… 

Llegamos hasta la esquina superior que era la península de Falelupo.

Desde ella iniciamos el tramo sur parándonos en los campos de lava, en la hermosa playa de Satuitua, los blowholes: unos chorros de agua de mar que se colaba entre las rocas y salía expulsada muchos metros hacia arriba, tan potentes que alzaban un coco.

Playa Satitua

blowholes

Hicimos el sendero hasta el templo piramidal de Pulemelei Mound
Un lugar muy sagrado para los samoanos. 
3km entre una tupida selva hasta que el sendero se acababa en lo alto de una colina. 
Por más que miráramos y buscáramos no dimos con ese gran montículo de piedras piramidal de 60+50m y 12m de altura Hasta que nos percatamos que era ¡porque estábamos sobre él! 
Ocultado por la vegetación, era imposible distinguirlo.

A la vuelta, tomamos un camino que nos llevó a las cascadas Afu-a-au donde nos dimos un baño en la laguna color esmeralda a la que caían estos tres pequeños saltos. 


Por último, tomamos el desvío a la playa de Aganoa.

Llegamos a la capital de la isla de Savai: Saleloga, donde atracaban los ferrys. 

Nos despedimos de Renko que continuó con el coche para devolverlo. 
Nosotros buscamos un alojamiento cercano al muelle. 
Dimos con el genial Louisa´s lagoon chalets, con magníficas fales y cabañas encima de la laguna, (300T por suitte, 160T por sencillas, dejaron en 100T-33€)
El sitio era una cucada: playa privada, las cabañas entre medias de selva, piscina natural en la laguna, embarcadero donde cenamos un  barbacoa que previamente compramos en un puesto del pueblo (8T): con cerdo, pollo, cordero, salchicha, plátano y taro asados. Bajo las estrellas y una luna llena...


20DIC. 
Tras otro desayuno de esos con sus variadas frutas tropicales nos trasladamos en taxi (4Talas) al muelle para tomar el ferry de las 10h 
Llegando a la isla de Upolu a 11h. (había 4 al día. 12Talas-3€)

Tomamos taxi (5T) y le pedimos nos dejara en alguna playa cerca del aeropuerto. (A las 21h salía nuestro avion a NZ).

Nos quedamos en SALETUALA, vecinos al aeropuerto, 
Una familia nos permitió dejar equipaje en su casa, incluso quedarnos cuanto quisiéramos. 


¿Y qué hacían los samoanos en Domingo?... ¡Nos fuimos a misa! 

¡Resulta que no había una, sino 6 iglesias de distintas doctrinas! ¡En una aldea de no más de 500hab! ¡Con 4 oficios esa tarde! 

Esas misas más bien eran un festival, con cánticos geniales... 
¡Ya me parecía a mí que eso de meter a un samoano  un sermón a palo seco... como que no! 
El caso es que era un espectáculo: las gentes con sus mejores galas, las señoras con sus sombreros decimonónicos... los cantos... las palmas...

Nada más llegar al pueblo se nos pegó un personaje llamado Lapalapa (¡nunca más exacto el nombre¡) Llevaba una trompa de cuidado, eso sí, de lo más graciosa e inocente. 
Nos acompañó y llevó por todos lados. Echamos unas buenas risas con él, todos le saludaban, y él levantaba la cabeza, ufano de guiar a sus amigos extranjeros.

Con Lapa Lapa

1º asistimos a la iglesia católica
Mas que misa parecía un festival navideño. 
El cura, desde el púlpito, nos dio la bienvenida y el remate fue cuando, tras los cantos y los bailes, se hizo un sorteo y como dama de honor para entregar los regalos eligieron a mi compañera. 
Mientras daba los presentes ella fue recibiendo collares y más collares hechos con chuches que colgaban a su cuello. Llegó a tener una docena que luego repartimos entre los críos. 
A la salida nos presentaron a la maestra, al alcalde, mientras nos hablaban de sus costumbres tomamos un helado con ellos.


Enfrente oímos más cantos y Lapalapa nos condujo hasta allá. ¡Estos eran mormones!
 “Artísticamente” más sobrios, así que no estuvimos mucho rato y les dejamos para ir a la mas marchosa iglesia animista. ¡Eso sí eran coros!

Luego Lapalapa nos invitó a su casa. Allí conocimos a sus sobrinas Beate y Marimu, a su hermano... Toda la familia habitaba un mismo hogar compuesto por distintas fales, una pequeña plantación y corrales. 
Se nos ofreció a beber  chocolate a la samoana, que era más liquido que el que nosotros estamos acostumbrados.

A 19h nos fuimos al aeropuerto

¡Nos daba mucha pena abandonar la gentil Samoa! En ella habíamos pasado unos días de lo más entrañables.

TOFA SAMOA (adiós Samoa). 
FAEFATAI (Gracias)

Salimos a las 21´50h. 
Tasas de salida: 40Talas (13€)
Llegamos a 00´30h a Auckland. 
Tomamos el shuttle hasta el city garden lodge donde llegamos a las 2h.

(¡¡¡Saliendo el día 19 de Samoa llegamos el 21 a Nueva Zelanda¡¡¡)

21Dic:

¡¡¡¡VOLAMOS A TAHITÍ!!!!!


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