sábado, 6 de octubre de 2018

FIONIA

30Abril: FIONIA: 

ERASE UNA VEZ EN FIONIA, también llamada FYN:

Una isla situada entre Jutlandia y Selandia, unidas a ambas por sendos puentes. 
Odense es su mayor ciudad, nombre que procede del dios vikingo de la guerra: Odín, esto ya nos indica que estamos en la parte más antigua de Dinamarca.

En ella nació  Hans Christian Andersen, el de "la sirenita", "el patito feo", "el soldado de plomo"... 

Por su interior lo que encontramos fue, sobre todo, naturaleza, campos infinitamente verdes, atravesados por ondulantes y estrechas carreteras rurales, cultivos, de hecho a esta isla se la califica como “El jardín de Dinamarca”. Escasas poblaciones, las mayores se localizaban en la línea costera (salvo Odense), entre ellas Svendorg, o Faaborg con sus casas de colores… En su extremo SE un corto puente la unía a otra isla de pequeño tamaño: Tasinje en la que destacaba el pueblo de Troense  y el castillo-mansión de Valdemar. 
Aunque el castillo más espectacular se situaba en el interior, al sur de Odense y era Egeskov, sobre un lago.  

las carreteras de Fionia







Así que, con esas perspectivas, atravesamos el puente de 18 kilómetros, que unía Selandia con Fionia. Una obra magnífica de ingeniería, valiéndose de unos islotes intermedios.
PEAJE-240DKK-32€


La primera localidad “fionesa” que nos encontramos al salir del puente fue NYBORG.
Aparcamos en el parking de un super cercano a su centro y paseamos por su calle principal peatonal 


Desembocamos en la plaza donde se ubicaba el ayuntamiento. Allí también estaba el lago y el canal, en el que se reflejaban las pintorescas casas 




Sobre una loma vecina vimos EL CASTILLO que estaba en proceso de restauración, con una solitaria y circular torre de defensa.


Vuelta al coche seguimos dirección sur, paralelos a la costa.
A un par de km encontramos uno de los típicos MOLINOS DANESES: DANKS MOLLEDAG.



En breve llagamos a la localidad de SVENDBORG 

Aparcamos en su puerto, gris, con un ancho paseo marítimo. 

Desde él ascendimos al centro. Se podía hacer por unas calles empinadas o por una escalinata. 

La plaza Torvet era su corazón, con la iglesia principal. Sobre ella quedaba un parque y al frente la calle peatonal, con atractivos comercios y la iglesia san Nicolás. Desde ésta volvimos a descender hacia el puerto. 





Cruzamos el corto puente que desde esta localidad unía Fionia a la islita de TASINJE

Tasinje era una isla pequeña, presumida. 
A 10min del puente estaba TROENSE. Paseamos por sus dos calles con casas de postal.


Pasado el pueblo a 1km fuimos al CASTILLO DE VALDEMAR 




 Fue mandado construir por el Rey Christian IV en 1639 para su hijo Valdemar Christian que no lo disfrutó pues  murió en una batalla en Polonia. En 1678 fue regalado al Almirante Niels Juel, en agradecimiento por derrotar a los suecos en la Batalla de la Bahía de Køge un año antes. Actualmente sus herederos son los propietarios. Una de sus numerosas habitaciones está reservada a la Reina Margarita. 21 de ellas son visitables, y también alberga un museo de juguetes, otro naval y una colección de trofeos de caza.
 


Por la fantástica carreterita de salida vimos numerosos FAISANES.
Luego seguimos circulando por esta islita rural, de pequeños pueblos como Lunby-Breningne con su iglesia que contenía  tres barcos del XVII a una escala de unos 75cm, colgados del techo. (Otro de los clásicos daneses. En varias iglesias vimos esos barcos colgados). Uno de ellos era la reproducción del que empleó el almirante Niels Juel. 
Finalmente volvimos a salir por ese puente.

Siguiente meta, a 30km por esas carreteritas rurales: FAABORG, una localidad costera al sur de Fionia, con sólo una decena de calles y su plaza. Con sus coloridas casas.

Aparcamos frente el puerto Sundet.  Alli teníamos un monumento alegórico de un barco vikingo. 




Luego nos adentramos en las preciosas calles: Torvegade, Vestergade, Ostergade… Algunas de esas casas se remontaban al XVIII, una reconvertida en casa-museo.


  
En la plaza central había distintos restaurantes y la escultura de un tio en pelotas tomando la leche de la ubre de una vaca (¿¿¿¿¿). Reflejaba el mito escandinavo de la creación y la fertilidad.
La Torre del Reloj y la iglesia amarillo huevo completaron el paseo. 

Vuelta al coche hacia el interior, a 20km, EL CASTILLO EGESKOV, ubicado sobre en un lago, en un recinto reconvertido en un parque temático. 190DKK pp.





Además del castillo había diversas actividades, un canopy, restaurantes,  terrazas, mesas para picnis, y en los edificios aledaños se había instalado un museo de coches antiguos, otro de motos, carrozas, otro dedicado a las emergencias (bomberos, ambulancias…), otro a trajes antiguos, y, por último, los soberbios y cuidadísimos JARDINES que rodeaban al castillo: el jardín inglés, el renacentista, el de las dalias… todo incluido en la entrada.




 
Su interior con diversos salones, cámaras,, alcobas...



Hasta la buhardilla donde se encontraba EGESKOV WOODEN BOY, “El muchacho de madera de Egeskov”. La estatua de un niño de unos 70cm, en madera, enteramente blanco, que estaba en otro lugar pero lo dejaron en ese desván y a alguien se le ocurrió colocarlo bajo las vigas y tumbarlo sobre un cojin. ¡Tan desvalido, tan solito!... La leyenda cuenta que cuando despierte el castillo se derrumbará.
 Pssssss.

Igualmente paseamos por los jardines, comimos en su terraza, hicimos el aéreo canopy.


Desde Egeskov nos fuimos hasta ODENSE a 30km. 
"Ciudad de Odin", patria chica de Hans Christian Andersen .

Laavenida Torvegade delimitaba a un lado el barrio antiguo donde se hallaba la casa natal de este escritor y su museo, y al otro el centro, de reducidas dimensiones


ALOJAMIENTO: 
Q-STAY, C/Palnatokesvej 9, a 15min a pie del centro. 
Encontrado mediante Air B&B 
Una casa de 2 plantas. Abajo la cocina y tres cuartos con baño. Nos ofrecieron una en el piso superior, abuhardillada. Simple. Baño al lado.  60€ hab doble. 


La VIDA DE ANDERSEN  (1805-1875) ¡ya es como uno de sus cuentos!:

Huérfano de padre, su madre era una lavandera que apenas llegaba a costear los gastos, entre ellos las botellas de aguardiente con las que enmascaraba su penosa vida. Así que el pequeño Hans hubo de abandonar la escuela y ponerse a trabajar. 
Enseguida dio muestras de su creatividad e inventiva en el dibujo, en el canto y en narrar historias. 
Su abuela paterna creyó en él y le sufragó los gastos para ir a Copenhague. Tenía 14 años. Intentó trabajar en el teatro real con resultado infructuoso, les envió dos obras, y lo mismo: fueron rechazadas, principalmente por su pésima ortografía. Pero esa fuerza creativa fue valorada muy positivamente por el director que lo apadrinó, le envió a la escuela de Slagelse y acogió en su casa. 
Hans le pagaba esa generosidad y hospitalidad inventando historias. Y, como en los cuentos, se enamoró. Y lo hizo de la hija de quien le había acogido: Louise. Y lo mantuvo en secreto para no ser desleal a su protector. En ese amor imposible se basó para escribir la sirenita.  Así dejaría constancia más tarde en su autobiografía. Confesando que tuvo tres amores imposibles: otro fue con la cantante de ópera Jenny Lind, una mujer que estaba casada.
Comenzó a publicar y ganar celebridad, no sólo cuentos, también novela, poesía, teatro. Y esta fue la segunda de sus grandes frustraciones: no ser considerado autor para adultos y principalmente ser reconocido por esos cuentos ¡que tampoco eran exactamente para niños!: “El patito feo”, “Las habichuelas mágicas”, “La sirenita” “El Soldadito de Plomo”…
Su tumba se puede visitar en el cementerio de Copenhage.



VISITANDO ODENSE:
Desde el hotel por la C/OVERGADE que era una de las principales en 15min a pie llegamos al centro. 
Eran las 20h. Odense estaba vacío. 

Paseamos por EL BARRIO ANTIGUO, pequeñoo, cuatro calles peatonales, de casas bajas, una de ellas era LA CASA DONDE NACIÓ HANS CHRISTIAN ANDERSEN. 
En realidad era la casa de su abuela, que los Andersen compartían con otras dos familias 
Aquí vivió sus dos primeros años de vida. Era el barrio más pobre.

Casa de Hans Christian Andersen
EL UNIVERSO DE ESTE AUTOR SE COMPONÍA DE ESA CASA DE NACIMIENTO, LA CASA DE SU INFANCIA Y EL MUSEO que ofrecía una muy completa retrospectiva sobre su vida y obra, con cartas, fotos, ediciones de sus libros… En verano se representan sus cuentos.  

Todo esto ubicado en este barrio antiguo reconstruido, peatonal, de bonitas casas.

A continuación cruzamos la calle-plaza Torvegade. En ella LA IGLESIA DE SAN ALBANO.
A su otra orilla teníamos el núcleo central de Odense. 
En una también pequeña área quedaba la Plaza del Ayuntamiento (Rådhuspladsen), a orillas del CANALIZADO RIO, con la CATEDRAL de San Canuto (Sankt Knuds Kirke), y dos estatuas: “Oceanía” representada en una mujer,  y la del omnipresente Hans Christian Anderesen.


La CALLE VESTERGADE, continuación de Overgade, era la principal, comercial, con numerosos locales, terrazas, restaurantes.

Ascendimos por una perpendicular,  Jernbanegade. En ella nos recomendaron el restaurante MALET afamado por su variedad de snitzchels.

Al final de esta calle se ubicaba el PARQUE DE LOS REYES. Allí el museo de arte, el TEATRO Y EL PALACIO (Odense Slot), modesto, alzado por el Rey Federico IV en el XVIII como residencia ocasional. No estaba abierto al público y albergaba las oficinas del Ayuntamiento. 
Enfrente, tras cruzar un amplio bulevar, estaba la estación de tren. 
A partir de ahí Odense se desparramaba en anodinos barrios residenciales.
Palacio de Odense en el parque de los reyes

1Mayo: 


Amaneció un Odense lluvioso. Tomamos la E66, la autopista que atravesaba longitudinalmente Fionia. 
Cuando regresamos unos días después preferimos transitar por las carreteritas rurales, recorriendo su  esquina SO, con Assens como pueblo más destacado, marinero. 
Era una zona de escasas poblaciones, casas y granjas dispersas, extensos prados y cultivos de avena y colza.

A las afueras de Odense, a 4km quedaba DEN FYNSKE LANDBY, una reproducción de una aldea fionesa ubicada entre el bosque, a orillas del río Odense. 




A continuación atravesamos el PUENTE FIONIA-JUTLANDIA (en este no había peaje. No era tan largo)


 y pasamos a JUTLANDIA

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