miércoles, 9 de enero de 2013

VOLCAN DE IJEN-FERRY A BALI

VOLCAN IJEN
¡Voy de volcán en volcán! De Bromo me traslado al de Ijén situado al Este de Java.
Bien distintos. El primero en un paisaje árido, el segundo entre frondosos bosques selváticos y plantaciones. A Bromo el ascenso son 15min, a Ijen es una caminata de 3 km. Y lo más peculiar!, 
y desconcertante!, 
y duro!, 
y extremecedor!, 
es que ese camino lo realizan cada dia los lugareños que se ganan la vida recogiendo el azufre en el interior de su cráter, llevando a sus espaldas entre 30-70kg en piedras de este mineral.
¡De los trabajos más sacrificados que yo haya visto!
Han de subir esos 3km, descender dentro del cráter y recoger ese azufre que otros cortan del suelo y paredes del volcán, entre fumarolas y nocivos gases. Para luego realizar el camino a la inversa. 
Pero, antes de describirlo, os explico cómo llegar.

ACCESO:
Por tu cuenta: has de hacer uso de varios transportes: Viniendo del Oeste de Java, desde Probolingo (Bromo), o desde Yogyakarta, has de llegar a Wanosobo, de aquí a Sampol y aqui una ojek o mototaxi
Desde el Este, Ketapang, isla de Bali,  más de lo mimo.
Recomiendo hacerlo con un tour, y lo mejor es contratarlo en Yogya (En Bromo era más caro)
(En la pestaña "Bromo" tenéis detallado esos tours) Desde Bali igualmente es fácil acceder a estos tours.

Por tanto, con el grupo de mi tour desde la zona volcánica de Bromo bajamos a Probolingo y allí cambiamos al minibus que nos llevará hasta Ijén. 

¡EL MEJOR TRAYECTO QUE TUVE POR JAVA!
El primer tramo discurre paralelo a la costa. De hecho la parada a comer es en una playa popular, con barcos típicos que a sus lados llevan patines y una quilla colorida, con unas no menos vistosas velas.
Luego se pasa a una fantástica carretera empotrada entre la selva, con escasas poblaciones y éstas, además, son muy agradables: Bodowoso, Sampol, para llegar a 17h al pequeño KAMTOR, entre esa selva. 
hotel Catimor

Allí se nos ubica en el hotel Catimor de categoria superior. Esta vez me toca compartir cuarto con Kumbinchin, el coreano.

Al llegar, ambos nos habiamos fijado desde el bus en un cartel que señalaba hacia un area termal a 1km y una cascada, (Air Tenjun), a 1´6km. Decidimos ir juntos.
Atravesamos el pueblo donde la gente es fantástica y nos adentramos en el bosque hasta el río cuya agua humea porque la zona volcánica por la que discurre la calienta.
En su orilla se ubica una piscina termal que, con ese frondoso entorno, es aún más atractiva. Pero antes de hacer uso de ella seguimos hasta la cascada.
Esta se halla al final de un desfiladero, cayendo en esa estrecha abertura ruidosa y humeante
Y entonces sí que al regreso vamos a esa piscina. Entre la selva, anocheciendo, a orillas del río.


Otra vez en el pueblo nos quedamos un rato frente la mezquita escuchando los rezos. 
Todos (niños y adultos) portan su indumentaria indonesia (gorro cilíndrico, sarong (falda), vistosas camisas). Son muy simpáticos, y lo comprobamos cuando nos trasladamos por las calles posteriores, con humildes y minúsculas casas donde las familias se hallan reunidas y salen a saludarnos.
Los crios montan una algarabía, se nos invita a café que nos es imposible rechazar. Kumbinchim y yo nos miramos con cara de decirnos: ¡mañana hemos de levantarnos a 4h!
Tras estar un buen rato con la entrañable gente de Kamtor regresamos al hotel.

VOLCAN IJEN:
A las 4h el minibus nos traslada unos 15 km hasta las faldas del volcán.
Fue otro trayecto fabuloso, entre el tupido bosque selvático.
Una vez en esa falda, hemos de realizar 3 km de ascenso por una ancha trocha en la que enseguida se nos aparecen los primeros mineros acarreando sobre sus hombros dos cestas unidas por una flexible madera y llenas de rocas de azufre. ¡Cargan con 30-70kg! ¡y algunos hacen dos viajes al día! 
El abultado callo que todos tienen entre los omoplatos corrobora lo sacrificado que es. Y todo ello te hace caer inevitablemente en los tópicos: ¡qué leches nuestra vida va a ser dura!...

El camino primero discurre entre el bosque. 
Mientras asciendo hablo con uno de esos mineros: Harry Anto. Me explica que ese es el medio de vida de 400 personas. Casi todo el pueblo vive de esto, junto a cafetales y plantaciones. Se les paga unas 10000Rp por kg (no llega a 1€) y, aún así, se consideran bien pagados pues ganan más que un campesino o que en una fábrica.
Me confirma que hubo un proyecto para poner un cable mecánico con el que facilitar ese transporte pero lo rechazaron, tanto porque acabaría con su único medio de subsistencia, como porque entonces se sacaría mucho más azufre y la mina podria agotarse.

A todo esto el camino se va haciendo más empinado. Sigo cruzándome con más mineros cargados y otros que suben con sus cestas vacías para llenarlas. ¡Algunos lo hacen en chanclas, otros con botas de goma, o con malas deportivas! A nuestra vera queda la imponente silueta del MONTE RAUNG
Una vez arriba, sobre la boca del cráter, la vista es fabulosa. En el fondo del volcán se halla un lago turquesa y en una esquina su orilla es amarilla por el azufre. Allí los mineros lo extraen. Las sensaciones se me multiplican. Es tanto hermoso como sobrecogedor.

Desciendo al interior de ese crater. Ahora el camino es una escarpada trocha que salta sobre los roquedales y que me lleva hasta la orilla de ese lago

Alli observo como con una barra de hierro golpean el suelo y extraen las rocas de azufre.

extrayendo el azufre
En ésas gira el viento y toda la fumarola me envuelve. Mi boca se seca, mis pulmones se resienten, me veo obligado a toser, y mis ojos lagrimean. ¡Y eso que solo he estado abajo 15min, ellos se pasan así horas!, y sin ninguna protección, sólo unos pocos llevan un bozal de tela. Sin embargo, leí un artículo donde explica que se les hicieron estudios médicos y revelaron que su salud no es mala y su esperanza de vida es alta.
Los que van extrayendo el azufre rellenan los capazos. Uno tras otro, que son recogidos por los porteadores.
El camino de regreso, ascendiendo, lo he de hacer tras ellos porque la estrechez de la trocha me impide adelantarles y, desde luego, no voy a importunarles. Me llegan sus resoplidos, su esfuerzo titánico, el crujido de esas cestas balanceándose entre ese flexible travesaño de madera que las une...

Son de todas las edades. Sus cuerpos enjutos, fibrados. La ascensión es complicada por las rocas. Un paso, otro. Y, cuando alcanzan la boca, ¡muchos se ponen al trote, aprovechando la mejoría de la senda!

Me quedo largo rato sentado en ese borde. A mis pies tengo esa abertura con el lago. Por la ladera asciende la fila de mineros, con su carga amarilla. Ya digo: estéticamente es muy atractivo, anímicamente te supera. ¡Pero ellos no pierden la sonrisa, ni el buen humor!... Selamat pagui! (buenos días), te saludan.

De nuevo en el minibus partimos a 9h a KETAPANG, llegando a 10´45h. Igualmente ese último periplo fue idílico. 
Alli es donde se toma el FERRY A BALI (60000Rp-5€). Iba incluido en el tour. Por eso a 11h se nos introduce en el bus público que, a su vez, se mete dentro de ese ferry (Si lo contratas en el mismo Ketapang por agencia son 75000Rp)

Bali está muy cerca, desde Ketapang se ve su orilla, pero el lento y antediluviano ferry demora 1h.

Al atracar a 13h en Gilimanuk, en el extremo Oeste de Bali, el bus nos lleva paralelo a la costa hasta DEMPASAR, la capital. A unos 100km.






























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