Estábamos
en la REGION DE ¨Ü Junto a la provincia de Tsang el núcleo histórico del Tíbet
SAMYE pueblo
sólo era un par de calles.
Aquí estaba el MONASTERIO DE SAMYE.
NOS
ALOJAMOS EN EL SAMYE
MONASTERY HOTEL. A 100m del monasterio.
Tres
habitaciones dobles con baño a 180Y (9€pp) Buenos cuartos. Cómodas camas.
Armarios, tv, tés.
Armarios, tv, tés.
Solicitaron
el permiso TTB
A
14,30h salimos a comer. No nos fuimos muy lejos, en el restaurante de enfrente.
(Había tres, uno al lado de otro). Sopa, tofu, arroz, patatas avinagradas,
huevo con tomate. 50Y/5p-¡Por 1€!
Dimos
un paseo por el pueblo
A 19,30h invitamos a los guías Tsua, Nigma y al chofer
a cenar. Luego se añadieron otros dos amigos suyos. Fuimos al restaurante tibetano,
vecino al local del mediodía. Cervezas lhasa. Combinación de platitos.
130Y/4p-4€pp
15Agosto
Desayunamos
en el hall del hotel de lo comprado en súper y a 9,30h entramos al MONASTERIO DE SAMYE
Del
VIII, el primer monasterio budista del Tíbet.
Al
abrigo de la colina HEPO RI.
Una de las más sagradas . A ella los fieles todavía subían, colocaban la figura de una casita y pasaban una noche para que cuando
se produjera su muerte su alma supiera el camino
En el Gran Debate de Samye se dirimió qué camino debía seguir el Tíbet respecto a su
fe. El rey definitivamente se decantó por el budismo.
Le ayudó el maestro
tántrico indio PADMA
SAMBHAVA o GURU RIMPOCHE (“el nacido del loto”) Con sus amplios conocimientos exotéricos
doblegó los demonios del Tíbet y domó esas deidades bön reconvirtiéndolas.
Convirtió
a un Tíbet hasta entonces régimen militar en una sociedad espiritual
Rodeado de una muralla circular su plano era una representación
mandálica del universo.
Con un
monasterio principal en el centro, el
Utse, que representaba el sagrado Monte Meru, el centro del mundo, a su alrededor
otros templos que simbolizaban el sol,
la luna, la tierra, océanos...
Accedimos
por su PUERTA ORIENTAL.
Entrada
50Y (6€)
De
frente nos topamos con un edificio en forma de “L”, el JAMPEL LING, sobrio,
gris, que nos impedía la visión del resto.
Cuando lo rodeamos y sobrepasamos, nos colocamos en una
plazoleta donde a nuestra izda estaba la posada del monasterio y el restaurante
snowland; a nuestra derecha el patio de dialécticas (en ese momento no había
monjes); y al frente una imagen colosal: en primer término tres altos darchens:
postes de oración, enteramente cubiertos de caballos del viento, un gran shangkhang:
incensario y…
¡¡¡¡EL UTSE!!!!:
¡El
templo central, el monte Meru, el centro del mundo!
Con
su fachada poderosa, coronada de tejados estratificados en tonos verdes y
dorados.
Al
lado de su entrada estaba la ESTELA del año 779, con su inscripción donde se
proclamaba que el budismo sería la religión oficial por orden del rey Trisong
Detsen (el sucesor de S. Gampo)
Al entrar lo primero con lo que nos encontramos fue la amplia SALA DE REUNIONES. ¡Allá estaban los monjes orando!
Por
detrás más capillas. La de Jowo Khang era la más sagrada, en el centro.
En
todas la densa iconografía tibetana: Budas, espíritus protectores, Bodishatvas…
Junto a velas, lamparillas, la luz ténebre, el acre olor a la manteca de esas
lamparillas, al incienso...
Igualmente
circunvalamos su piso superior. Aquí lo más destacado eran sus frescos.
Uno mostraba el CAMINO DEL BARDO. (Ahí es donde vas recién mueres, pleno de confusión hasta que se te indica el camino correcto)
Y
ascendimos a su última planta donde llamaba la atención el colorido de las
vigas y su elaborado ensamblaje.
Salimos
del Utse. Vimos una construcción de color rojo: la sede del oráculo de Pehar, el que
consultaban los Dalais hasta que fue trasladado a Nenchung.
Estaba en proceso
de restauración.
¡Ese era el cuarto donde se hallaban todas las almas antes de que continuaran su viaje!
Allá
no podía entrar nadie. Por eso se encontraba cerrada por una siniestra puerta
negra, decorada con calaveras y la fiera expresión de un guardián con tres
ojos. Y una ranura, tipo buzón (¿para que por ahí entraran esas almas?)
A
los lados colgaban sendos sacos del tipo de boxeo, uno negro con ese mismo guardián
y varios ojos pintados en él, el otro rojo.
En otra capilla estaban las imágenes de las deidades que ayudaban a esa ida. Y una maqueta de Samye.
También
había un durtro, para los funerales celestes, ¡la piedra donde se molían los
huesos del difunto!
Significativo era que, siendo un lugar tan importante, estuviera en un estado de abandono, con rebaños
de ovejas correteando por su patio
Por
último partiendo desde su entrada hicimos su kora exterior. Con
sus largas ruedas de oración
salpicada de diversas edificaciones:
-la antigua imprenta: Tsemang Ling;
-más
capillas, entre ellas Aryapalo ling, la primera de Samye
-Jampa ling donde tuvo lugar el debate de Samye, (también estaba en restauración)
De Samye partimos a Tsetang/Valle de Yarlung.
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